viernes, 5 de abril de 2019

Carta del Rey al Presidente de México




Hay unas cuantas razones de peso para que el rey no me solicite que le escriba una carta de contestación a la reciente que el presidente de México ha tenido a bien enviarle a él, pero dos destacan sobremanera,
1) Seguro que el rey tiene personas mucho más preparadas e inteligentes que yo para esos menesteres.
2) En varios puntos y niveles mis pensamientos no creo que armonicen mucho con los del rey.

Pero yo, no obstante, me atrevo a pergeñarla más que nada para que nadie pueda decirme: “Es que tú no le has escrito una carta al Rey en respuesta a la que escribió el Presidente de México”
Así que ahí va.


“Querido Presidente de México, hemos dejado pasar unos días desde que tuviste a bien dirigirte a Nosotros, más que nada porque no nos gusta bañarnos en el mar encrespado, esquiar con nieve primavera o comer las cosas muy calientes, quemando.
Ahora que el rebombori, ¡Cómo me gusta el catalán!, se ha calmado, nos disponemos a contestar a tu petición.
Tienes razón querido Presidente en lo que demandas. Nos parece razonable tu exigencia. Nosotros descubrimos América. Colonizamos esas tierras hermosas y hermanas desde entonces. Y como no puede ser de otra manera, llevamos con nosotros lo bueno y lo malo.
Las matanzas, el expolio, la rapiña de la que fuimos protagonistas en tu magnífico país no tienen excusa. Sucedieron. De la misma manera que han sucedido en todos los países colonizados. Eran tiempos de más barbarie e injusticia de la que “disfrutamos” hoy en día.
Así que sí querido presidente. En nombre de mi país, del pueblo del que soy Rey y de nosotros mismos, te pido perdón, disculpas, y estoy convencido de que nadie en España se siente orgulloso de aquellos tiempos.
Deseamos fervientemente que con esta respuesta a tu petición, quedes satisfecho tú y tu hermoso país y que nuestra relación de hermandad y colaboración continúe.
Dicho esto y aprovechando este canal que has abierto, permíteme que te transmita la preocupación que nos embarga.
Vemos con enorme tristeza y pesar las tribulaciones, internas y externas, por las que tu país está pasando. Continuamente nos llegan noticias siempre relacionadas con hechos luctuosos y llenos de dolor y sufrimiento.
Vemos como México no se libra de la enorme injusticia social que padecen sus ciudadanos, que se ven obligados a emigrar en masa al país vecino del Norte, en busca de una buena vida que parece que su propio país no es capaz de proporcionarles. Como nos llegan noticias también de la extremada corrupción que padece la vida cotidiana de tus compatriotas. Aquí en el nuestro se ha hecho común esta conversación,
-¿Vas a México?
-Sí, voy a pasar unos días.
-Pues cuidado. Si tienes un incidente, no se te ocurra acudir a la policía. Sería peor.
Por no hablar de las constantes noticias sobre los cárteles de las drogas y su poder que nos llegan y que a veces nos hace preguntarnos por quién gobierna realmente este país hermano.
Toda Hispanoamérica nos preocupa, no puede ser de otra manera, nuestra sangre circula por vuestras venas. Pero especialmente tu país, al que vemos que cada vez le cuesta más mantenerse en lo que conocemos como “el primer mundo”. Aunque estamos seguros de que tu reciente llegada al poder será el inicio de la vuelta de México a ese puesto en el que ha estado en el pasado y que le permitió abrir sus brazos a los españoles que huían del golpe del general Franco.
Espero que ahora resuelto este pequeño incidente ocasionado por nuestra intervención en el descubrimiento de América y que por lo que se ve te tenía preocupado, te puedas volcar con toda tu atención cada segundo, cada instante de tu tiempo como Presidente de México, en resolver los enormes problemas a los que antes hacía mención. Cada instante que puedas dedicarle es necesario. No te dediques a otra cosa. Seis años pasan pronto.
Quedo de ti, querido Presidente. Que sepas que desde España os enviamos ánimos y claridad de juicio. Siempre vuestros, hermanos y amigos.”

Y luego ya, debajo, he puesto. Firma. El Rey. Para que sólo tenga que firmar y listo.

PD: Esto no es para que lo sepa nadie más que nosotros. A mí me parece que a Pérez Reverte le sobra energía. Y como escribir lo tiene por la mano, navegar con los automatismos de hoy en día ya no es navegar y nadie le quiere de reportero, pues se mete en cualquier pelea que se encuentra. De manera que parodiando a mi querido y admirado Gila se puede decir y poner en boca de este ilustre escritor:
“Estaba yo paseando por las noticias del mundo cuando me encontré con un mogollón de españoles dándole una paliza textual a López Obrador. Así que me acerqué y entre el mogollón y yo lo pusimos a caldo”
Aconsejo al Sr. Pérez Reverte, tan aventurero él,  a sumergirse en la ecuanimidad, la educación y la mesura, e intentar no insultar. Para él, algo al borde de lo imposible. Pero es un reto, y para él debería ser un aliciente. Ánimo.

PD de última hora: Han salido imágenes de la frontera entre México y USA mostrando a familias enteras, incluidos niños, atravesando aguas infectas, bajo alambradas. Esto no es nada nuevo. Es pura cotidianidad desde hace lustros. ¿Por qué ahora nuestros medios lo muestran?

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