Estos días se está escuchando mucho por parte de algunos sesudos contertulios y analistas políticos que los dos grandes partidos políticos de este país, PSOE y PP, han bajado al barro, al fango, que dan una muestra vergonzosa de baja política a los votantes y etc., etc…. Se habla mucho del “y tú más”. Lo que llevará a muchos ciudadanos a confirmar lo que venían diciendo hace mucho tiempo: Todos los políticos son iguales.
Por debajo, el PP, como en un aparte teatral, si fuera un perro, se estaría riendo como Pulgoso y diciendo para si: Lo he conseguido.
De esto es consciente el PSOE pero ya no podía soportar más la carga de agravios que la realidad paralela del PP a la que ha llegado por afición, vocación y admitámoslo, virtuosismo de la Presidenta de la Comunidad de Madrid que fue capaz de darle una patada en el culo al anterior Presidente de su partido cuando este quiso cargársela por aquello de las corruptelas de su hermano, ahora están las corruptelas de su novio, y el actual Presidente del partido está dando una muestra de una cara dura y una falta de dignidad que roza el lameculeo más repugnante, pero no ha podido hacer otra cosa, el PSOE digo. Porque otra cosa no es posible ya que esta realidad paralela está abduciendo a cada vez más votantes. Parece que la epidemia extendida en Madrid , se extiende por todo el Estado y ahora mismo parece que en las próximas elecciones catalanas la cantidad de votantes abducidos va a adquirir un volumen nunca visto, se habla de trece o catorce diputados, me parece excesivo, pero bueno, ya nada parece lo que es y de demostrarlo se encarga la inefable señora presidenta de la Comunidad de Madrid, están echando en HBO una serie que se llama The Regime que si le echan un vistazo entenderán porque al hablar de IDA me he acordado de la serie.
Pues bien habrá que aclararles a estos contertulios que hacen tabla rasa con PP y PSOE, que no es cierto eso de “PP y PSOE la misma mierda es”, que estos dos partidos son muy diferentes por muchas razones.
Algunas:
-El origen, su razón de existencia, no se parece en nada el uno del otro. El partido socialista nació para luchar por los más indefensos y vulnerables de la sociedad, para el reparto más equitativo de la riqueza, para que hubiera igualdad de oportunidades… etc. etc.El PP es una transformación de Alianza Popular que nació para dar cobijo a todos los franquistas que tras la muerte de Franco se quedaron sin herramienta para seguir enriqueciéndose a costa de la injusticia, el abuso y el desamparo de los más débiles.
-Sus mecanismos internos, viciados por el origen, también son diferentes. Hay lucha y desavenencias ideológicas en el PSOE y hay peleas de bolsillo en el PP.
-El PSOE nunca disimula sus proyectos políticos y el PP lo hace siempre. Ahora se nota más que nunca porque su hijo pródigo, que no volverá, VOX, dice los que ellos no se atreven.
Y alguna cosa más, manipulación descarada de la Justicia, complicidad con las fuerzas celestiales, fieles aliados siempre.etc. etc.
Y por ultimo eso que tiene confundidos a los contertulios y analistas sesudos, la corrupción.
¿Cómo se puede estar tan ciego que uno no se de cuenta de que el PP tiene corrupciones de base, sistémicas, propias de su naturaleza, para eso nació, y que las corrupciones del PSOE son las corrupciones habituales de la naturaleza humana y que hay en todo sitio que maneja dinero?
Que las dos son corrupciones, vale, pero que en un caso es propia de la naturaleza del partido y en el otro es como una enfermedad, un sarpullido. Si la corrupción fuesen cuernos, el PSOE estaría en un desmogue continuo mientras que el PP siempre luciría unos potentes y puntiagudos cuernos.
Por eso los contertulios no deberían poner al resto de los partidos a la altura del PP.
Podríamos decir que mientras VOX alimenta la brasa ideológica del franquismo, el PP intenta mantener encendida la brasa económica del franquismo. Por eso VOX no contiende con nadie en el panorama político y el PP con todos. Porque mientras la ideología es como las células, se dividen y cada una sigue su camino, la cuestión económica es más peliaguda y un euro es un euro, se crea y ya no se destruye y para hacerse con él… pues hay hostias.
Le pediría a los sesudos contertulios y a los analistas escolásticos que afinaran un poco más, que mucha gente los escucha y hasta les cree, lo que lleva a una confusión muy peligrosa y luego en las urnas sale el caldo con el sabor de siempre, si aquel de domingo de toros y futbol y sobre todo, aquel de “déjanos a nosotros que tú de esto no entiendes”, siendo esto tu propia vida.
Aquellos caldos no volverán pero no será por falta de empeño en el PP.
Y VOX, cual criatura caprichosa, que no le da tregua, no para de buscar huesos de aquella época.
Río Día_Corrientes
Sobre los acontecimientos, sus verdugos y sus víctimas
lunes, 1 de abril de 2024
¡Contertulios y analistas políticos oídme!
viernes, 24 de marzo de 2023
VOX, hay esperanza
Últimamente se ven con bastante insistencia gestos, actitudes, declaraciones entre los ultraconservadores reaccionarios y los más garrulo y grosero de nuestra sociedad. Por ejemplo, hace uno meses Macarena Olona, RIP políticamente hablando, disfrutaba de las declaraciones machistas que hacían a pie de obra y junto a ella, de un nivel barriobajero y grosero, unos albañiles. O la presidenta extraterrestre de Madrid se dedica a arengar a la peña cervecera y a los divorciados escapistas, no a los amantes de las bibliotecas o los museos. O recientemente el chupacirios del periodismo español entrevistando a un alcalde que en la Edad Media ya hubiera parecido grosero y garrulo, como poco, diciendo barbaridades de una ministra. Algo que este periodista justifica el no censurarlo en aras de la libertad de expresión.
Y de pronto se me ilumina la mente: Ya dicen que las flores nacen de las mierdas más apestosas.
¿Y cuál es la flor?
Que los ultraconservadores reaccionarios, que tienen en Franco un faro ahora que navegan en el mar proceloso de la libertad y la democracia, con la justicia intentando dignificarse, están agotando sus recursos en el debate político… ya no le quedan argumentos si es que alguna vez han tenido de eso.
¿La prueba?
Que están utilizando su último recurso en la lucha contra no ya el progresismo si no contra la existencia de una sociedad más humana, solidaria y justa.
¿Y cuál es el último recurso?
Pues la punta de lanza que supone la unión de estos nostálgicos del pasado ordenado y autoritario, el que más puede más aprieta, con lo más garrulo y borreguil de nuestra sociedad.
No es la primera vez.
Al principio del siglo XIX las corrientes progresistas europeas, Enciclopedia, Revolución francesa, Reforma luterana, llegaron a España de manos de la invasión napoleónica.
Un grupo de españoles, los tildaron como afrancesados, pensaron que no hay bien que por mal no venga y que si había que aguantar a Napoleón a cambio de la ilustración y la modernidad pues se le aguantaba.
Pero, amigos, eso no gustaba nada a dos amplios espectros de aquella sociedad. A aquel que vivía rodeado de privilegios y lujos a costa de la ignorancia y la mediocridad nacional, como con Franco, hoy todavía sigue esa dinámica en algunas comunidades autónomas, y a aquel que hozando en su pocilga aceptaba que no hay más vida que la que le dejan los señoritos, como con Franco. Y se aliaron contra la invasión lo más cerril y lo más señoritingo, contra la nueva Europa. De ahí salieron las páginas gloriosas de nuestra guerra de independencia. Antes independientes que sencillamente europeos.
Ahora pasa algo parecido.
Esta derecha ultraconservadora y reaccionaría ha perdido el debate dentro de las formas en el escenario actual, país democrático, libre y justo, y ya no encuentra argumentos, excusas, justificaciones para mantener sus aspiraciones que no son otra cosa que el “paloytentetieso” histórico que los caracteriza. Así que han decidido pasar de las formas y tirar por el atajo que representa el acercamiento al garrulismo y la grosería, actitudes por otro lado consustanciales con las sociedades clientelistas y del padrinazgo gobernadas por plutócratas y caciques.
Y ahí están acercándose al garrulismo y la grosería patria.La parte más ultramontana agota sus recursos.
Porque el progresismo en política no sólo combate los privilegios de las clases sociales altas y explotadoras, insolidarias, crueles e hipócritas, que explotan a los más débiles para mantener sus privilegios si no también combate la ignorancia, el servilismo y la resignación de esa parte de la sociedad que se ha acomodado y se ve feliz en la pocilga física y mental en la que le dejan vivir.
Sólo en situaciones desesperadas la clase pudiente se alía con la clase asnal y borreguil de una sociedad. En condiciones normales ni se huelen, bueno una clase si que huele a la otra, no en balde le limpia las mierdas, y no sólo las excrementiciales.
Ahora estamos en ese punto.
Si la sociedad continua siendo democrática y libre, esta es su ultima batalla*.
Otra cosa es que apareciera otro Franco: Entonces volverían a reinar. Los amos de las pocilgas y la piara en armonía. El resto de la granja otra vez camino de Europa y Sudamerica, como en el 39.
Y mientras el Sr. Feijoo que parece un beato de feria, aparentando una derecha “civilizada” de la que ha oido hablar pero que nunca ha visto en España, aunque dicen que en Europa existe.
*La realidad siempre supera a la ficción, estaba escribiendo estas lineas cuando el rio Tamames pasando por VOX casi acaba con mi salud mental, a la vez que apoya mi tesis… VOX agota sus cartuchos… ya sólo les queda languidecer o proponer un golpe de Estado.
domingo, 3 de abril de 2022
¡Qué tiempos estos!
Está mi abuelo, que si fuera poco aguantar el peso de sus noventa y largos años de vida ahora ve , o siente, como el pasado también se le sube a la chepa, confuso y cariacontecido.Él, no el pasado, que también.
Y es que no se aclara.
Ve imágenes de cuerpos muertos en calles de una ciudad reducida a escombros, entre edificios derruidos y se cree que es una película bélica. Y yo le tengo que decir que es real. Lejos, pero real.
Ve imágenes de los destrozos de un volcán y se pone a esperar que aparezca Charlton Heston y aparece Pedro Sánchez. Se cree que es un remake y yo tengo que decirle que es real. Y no muy lejos.
Entonces me mira y me dice,
-¡Qué pena me das!
No sé muy bien qué quiere decir y va y me espeta,
-Tan joven y ya confundiendo realidad y ficción.
Le voy a contestar airado cuando caigo en la cuenta de que quizás mi abuelo tenga razón. La confusión ya no se sabe muy bien por dónde anda.
Si todo eso horrible, lleno de dolor y sufrimiento, que sale en la televisión fuese real como afirman los medios, ¿Cómo es posible que esas personas que salen en estos medios anunciando estos hechos estén tan tranquilos, se rían a veces y hagan chistes?¿Y la publicidad?
Esto es un show de Truman, me chiva alguien desde dentro.
¿Y quién es Truman?
¡Hostia!, pues todos. Por lo menos todos los que nos hemos vacunado.
Estas elucubraciones me deben haber puesto cara de confundido, de muy confundido. Tanto que la mirada de mi abuelo me fuerza a decir,
-¿Qué puedo hacer abuelo?
Se queda pensando
-Afiánzate a algo verdaderamente real y desde ahí reconquista tu vida (se pone intenso)
-¿Y por dónde empiezo?
Piensa un instante
-Empieza por el cuatro a cero que el Barça le metió al Madrid hace unos días.
Lo dice moviendo ligeramente la cabeza arriba y abajo, en gesto afirmativo y no sé si doliente.
Suspiro.
Siempre nos quedará el futbol.
Mientras arrojo al fuego que hemos improvisado en el salón el último trozo de silla que nos queda.
Miro la televisión y lo poco de madera que ahora tienen estos aparatos. Nada.
Lo cual tampoco es muy malo. Porque si tenemos que vender la casa para poder alquilar un pisito y sobrevivir no tendremos muebles que transportar. Que vete tú a buscar estos días un camión de la mudanza. De la mudanza o de cualquier cosa…..
martes, 2 de marzo de 2021
Aviesas intenciones
Una “aviesa intención” es una intención que no viene de cara, que se introduce solapadamente y que además persigue fines inconfesables o al menos fines de los que a uno le cuesta sentirse no ya orgulloso, sino tan siquiera cómodo.
Las tenemos todos. Unos más, otros menos. Nunca son puras pero no siempre son malas. Nunca son edificantes, por su misma estrategia, pero siempre son determinadas, decididas.
Un ejemplo paradigmático es la “aviesa intención” del político de raza. Un político de raza es en la política como el galgo entre los perros. El galgo sólo sirve para cazar la pieza mediante la velocidad. El político de raza sólo sirve para conquistar el poder mediante la “aviesa intención”. Como es fácil de imaginar la mayoría de políticos que alcanzan el poder derrochan “aviesas intenciones”. En España, todos. No caigo en alguno que no lo haya hecho.
Seré breve. Mariano Rajoy. ¿Cuántas veces dijo, “los españoles, todos los españoles quieren…..”, y a continuación decía lo que él y los de su partido querían?
Cuando tienes a todos los medios del país pendientes de lo que dices, cuando te escucha toda la ciudadania y cuando ésta no tiene un criterio claro formado, termina por aceptar lo que oye muchas veces… a este fenómeno se le llama “crear opinión”.
Y parece aceptado que los políticos lo hagan, como si en algún manual de política así lo indicara.
Pero hay una profesión donde bajo ningún concepto debería ser aceptado bajo pena de expulsión y posterior catalogación de “mercenario”. Y esta profesión es el periodismo. Cuando esta profesión es información y no opinión. Grave lacra del periodismo, esta mezcla entre opinión e información que padecemos. Hoy en día se puede ver como los informativos televisivos, salvo raras excepciones, son más desfile de noticias opinadas que informaciones.
Se puede aceptar que en un artículo de opinión el periodista introduzca “aviesas intenciones”, dando a veces la impresión de que hay periodistas que las usan de manera digamos inconsciente. Es su naturaleza de escorpión. Su manera viscosa y solapada de moverse por la realidad. Pero no en artículos de información. Pondré también dos ejemplos paradigmáticos.
Francisco Marhuenda es un periodista que tiene una gran cobertura mediática, aparece en varias cadenas televisivas, emisoras de radio y dirige uno de los periódicos de tirada nacional, La Razón. Es conservador, de derechas, yo diría que reaccionario, y hace valer su sapiencia y su capacidad para crear opinión cada vez que habla, aunque sea para decir que llueve.
Hace pocos días, yo puse un tuit haciendo referencia a esta “aviesa intención”. Hablando de no sé qué deslizó la expresión “la enorme corrupción del PSOE”. Algo que puede ser aceptado como una simple apreciación de un individuo, se esté de acuerdo o no con ella. Pero teniendo en cuenta la corrupción de este partido y la del PP en estos últimos cuarenta años, que este periodista nunca haya dicho “la enorme corrupción del PP”, más bien todo lo contrario, siempre excusándola, suena sospechoso,¿no?
No, no suena sospechoso, suena a culpable. Culpable de intentar doblegar la opinión social, de conseguir ocultar la corrupción del partido al que sirve, fue empleado por Mariano Rajoy cuando este era Ministro de Presidencia, bajo esa “enorme corrupción del PSOE”, que si efectivamente lo es, la del PP es “doble enorme corrupción” por lo menos. Y no es una opinión. Ahí están los hechos.
Pero esto la mayoría de la ciudadania no lo sabe y tiende esta mayoría a informarse a vuela pluma por lo que oye en los medios, en los que él se prodiga como un fiel servidor cumpliendo su indigna misión. Y ahí queda “esa enorme corrupción del PSOE”, que una y otra vez él se encargará de señalar. ¿Es avieso o no?
Y ahora otro ejemplo paradigmático y de largo aliento en nuestro mundo periodístico, Luis María Ansón.
Más monárquico que la Casa Real y tenaz y pertinaz como la lluvia, lleva toda la Transición intentando crear un escenario en el que él fue un infatigable luchador en pro de la libertad y la democracia. Al paso que va lo conseguirá. Porque no ceja en el empeño, también tiene una cantidad de medios a su alcance notable. Además del hecho que el consumo idiotiza, confunde y cualquier afirmación hecha con contundencia y rodeada de aparato informativo convence.
Fundó el periódico que ahora dirige Francisco Marhuenda. Entre mentirosos anda el juego.
Este hombre, para hacernos una idea, siempre que habla del padre de Juan Carlos I se refiere a él como Juan III, siendo que nunca reinó y siempre estuvo a lo que Franco tuviese a bien.
Bien, pues este insigne “avieso” en El Cultural, semanario que dirige y creó, de su propiedad, su cortijo, se reserva lo que llama “Primera Plana”, la tercera página del semanario, y en ella poco a poco, sin prisa pero sin pausa reescribe su vida pasada, intentando limpiarse de la mugre que supone haber sido poderoso e influyente durante el franquismo.
En esta página y en el ejemplar del 4 de Marzo se muestra indulgente y perdonavidas con María Casares y desliza lo que es una “aviesa intención”. Escribe que la actriz “elogió varias veces con la boca chica a Juan Carlos I, al darse cuenta de la admiración que por él sentía el autor de “Marinero en Tierra”.
Icono de boca abierta y manos a la cabeza. ¿Rafael Alberti admirador de Juan Carlos I? ¿Un comunista admirador de un rey puesto por un dictador? Pues lo escribe y se queda tan campante.
Reescribiendo la historia.
Todos sus artículos apestan a ese tipo de intenciones.
Y se entiende. Con un pasado como el suyo, sólo es posible transitar enfundado de esta guisa.
He puesto estos ejemplos. Hay muchos más y de muchos más periodistas. Todos, como hormigas, intentando taponar las realidades por los agujeros de las cuales se ven sus vergüenzas e indignidades. Y la de todo un pasado. Con el fin que de nuestra sociedad actual no pueda librarse de él.
domingo, 20 de septiembre de 2020
Monarquía o República. Vuelta la burra al trigo
El burro es un animal muy testarudo,
por razones de supervivencia.
El dirigente político, también, pero más sibilino,
cambia la pillería por la testarudez.
Porque burro no es, si acaso los que le votan.
Como la monarquía actual española proviene de Franco. Como el sistema monárquico es antidemocrático, y si es constitucional, la monarquía es como un forúnculo. Como la monarquía actual española está mostrando su cara más corrupta. Pues parece evidente que poner sobre la mesa el debate de República o Monarquía es una cosa cabal y de sentido común. Pura lógica.
Y puede que lo sea. Y puede que debiera solucionarse. Pero este asunto no es socialmente un tema baladí. No es un constipado, ni un sarpullido en nuestra sociedad. Es un tema de fondo, no es como ir a la peluquería, es como entrar en un hospital y hacerse una intervención quirúrgica de calado, profunda. Que puede convertirse en una operación a vida o muerte. En el 36 fue así.
Es decir se necesita para emprenderla, tiempo, recursos y se correrán peligros.
¿Merece la pena? Bueno, pues depende de los efectos, de los resultados que vaya a tener sobre la población, sobre la ciudadania.
Yo, personalmente, pienso que es un asunto menor en estos momentos.
Pero hay fuerzas políticas, que voto y con las que me identifico, que están convirtiendo este tema en bandera reivindicativa, que teniendo en cuenta la que está cayendo es como si en medio de una guerra, algún oficial le planteara a los soldados el cambio de horario de las comidas.
Pero aceptemos que el problema está sobre la mesa.
¿La fuerza política que lo pone tiene una estrategia, una hoja de ruta, un estudio de las consecuencias y sus efectos sobre la ciudadania? Lo dudo, pero pongamos que sí, que la tiene.
Esa estrategia pasará ineluctablemente por convocar un referéndum. Cosa complicada. Pero pongamos que se consigue. ¿qué tiempo se tardará en conseguir llevar a cabo un referéndum? ¿Diez, veinte años? Pongamos quince.
Quince años de debates, de perdida de energía en pos de ese objetivo y en contra de ese objetivo y por consiguiente de resta en otros objetivos quizás más urgentes y perentorios para la población.
Se hace el referéndum y sale apoyo a la Monarquía. El tema queda cerrado por lo menos para un siglo. Entonces sí que sí, mal o buen momento, el tema intocable.
Se hace el referéndum y sale apoyo a la República. Fiesta en las calles y la Casa Real pasa de vivir fetén en Madrid a vivir fetén en Londres, por ejemplo.
Pero tenemos República. ¡Qué alegría, ahora si que vamos a ser felices!
Elegimos un Presidente de la República. Y un gobierno.
¿Alguien se cree que los dirigentes políticos que ahora gobiernan y se muestran incapaces, van a resolver los problemas que tenemos porque en vez de un Rey, haya un Presidente? ¿Hay alguien que lo crea? Porque los partidos políticos seguirán siendo dirigidos por los mismos o parecidos politicastros que tenemos ahora y PP y PSOE seguirán siendo los partidos mayoritarios. Por que nos habremos quitado la Casa Real de encima pero los votantes siguen siendo los de entonces. ¿Alguien lo cree?¿De verdad?
Monarquía o República, es cuestión de forma.
Y no es honesto desfilar delante del pueblo investido de tal o cual ropaje sin cambiar el fondo. Aquello de “El Gatopardo”: “cambiemos algo para que todo siga igual”, ha quedado grabado en el colectivo por alguna insoportable e inevitable realidad. La que vemos constantemente.
Y eso para que los dirigentes políticos mientras desfilan hagan su vida de manera más que aceptable, rodeados de prestigio, poder y fama, aforados por si acaso.
Pero los desahuciados, los parados, los sanitarios mal pagados, los docentes abandonados , las mujeres maltratadas, los jóvenes sin futuro, estos, también seguirán siendo los de entonces.
Monarquía o República, fuegos artificiales.
La burra siempre vuelve al trigo.
jueves, 4 de junio de 2020
Seguimos en el hoyo
Parece mentira que después de más de cuarenta años, va para cuarenta y cinco, de la muerte del dictador, su espíritu siga vivo y que la ciudadanía que lo sustentó haya sido capaz, generación tras generación, de evitar que su semilla desapareciese.
Esto hace que periódicamente, ese espíritu, orden antes que justicia, seguridad antes que libertad, que se siente a salvo normalmente, despierte de su duermevela, crispe la sociedad y lance zarpazos dialécticos, advertencias apocalípticas ante la posibilidad de que la democracia se instale en su significado más pleno.
Esta reacción de la carcundia franquista se ha producido en dos ocasiones y ahora estamos en presencia de la segunda.
Cuando falleció el dictador y se empezaron a respirar aires de democracia, libertad, justicia, igualdad, cuando los nuevos tiempos no permitían seguir teniendo España por un cortijo, toda la clase franquista se sumió en un letargo, se camufló, con la clara intención de seguir medrando en el cenagal que un sistema como el franquista había supuesto.
Y las cosas fueron bien. La UCD de Suarez era digerible. Hubo cesiones pero seguían dirigiendo el país lo de siempre.
La victoria del PSOE de Felipe González supuso el inicio del primer estado de alerta de la clase franquista, la primera crispación. La legalización del PCE y el gobierno socialista eran señal de posible peligro. El golpe del 23F fue señal de ese malestar reaccionario. Con la llegada al poder de los trajes de pana, las soflamas del descamisado Guerra, se encendieron todas la alarmas.
Se oían voces que presagiaban tragedias, poco más o menos las mismas que se han oido con la aparición de Podemos. Confiscación de propiedades, nacionalización de empresas, un horror.
Y esa crispación tuvo sus frutos. Duró hasta que Felipe Gonzalez los convenció de que no, de que no había peligro. El socialismo se convirtió en liberalismo y la crispación desapareció. Para demostrarlo, se llevo a cabo la política de eliminación de lo publico y respeto del capitalismo más tradicional y conservadora que un socialismo de pandereta puede llevar a cabo.
El franquismo podía relajarse, ahora PP, ahora PSOE, los nacionalistas a lo suyo, las prebendas, el padrinazgo, el amiguimismo estaban asegurados.
Pero la libertad es un instrumento tozudo y durante estos años de transición ha seguido luchando contra la injusticia, el nepotismo, la desigualdad y todas esas armas que el franquismo uso con tanto acierto. Obsérvese que tras tantos años de democracia y libertad la principal sonda del franquismo, la Iglesia Católica, sigue enviando mensajes de tranquilidad con su papel preponderante en nuestra sociedad.
Ahora vivimos el segundo rebrote, palabra ahora de moda, de la rabia franquista, que de nuevo como cuando ganó el PSOE las elecciones por primera vez, ha despertado del letargo y se crispa como alcohólico sin lo suyo o maruja a las puertas de unas rebajas.
¿Por qué?
Porque gobierna un partido que como en los ochenta el PSOE, amenaza su existencia. No en vano ha salido al terreno de juego VOX, rompepiernas, bruto, de juego sucio, no en vano por la boca del PP salen cosas que enmudecerían a Fraga Iribarne. Esta vez parece que la cosa es grave. Parece que Podemos no es el PSOE. Comunistas, bolcheviques, bolivarianos han sido llamados sus dirigentes. Y lo que es peor, parece que el PSOE de Sanchez no es el PSOE de González, no sé por qué extraña razón. Quizás la fuerza del voto.
Están todas las alarmas encendidas. Hay pánico.
Los insultos arrecían. Las alarmas hiperbólicas, lo temores catastróficos, el fin del mundo se anuncian.
Y todo porque esta vez parece que estamos más cerca que nunca de conquistar una democracia plena, con derechos sociales y de la ciudadania por encima de cualquier otro interés. Libertad y Justicia verdaderamente democráticas.
¿Morirá la bestia franquista definitivamente o conseguirá con su crispación y zarpazos dialécticos que de nuevo un partido de izquierdas y reivindicativo se repliegue a posiciones liberales y nuestra democracia siga empeñada otros cuarenta años?
Yo no lo sé. Hay esperanzas y hay decepciones.
¿Qué ha cambiado desde los ochenta hasta ahora en la ciudadanía para que haya esperanzas?
Que la mayoría de la ciudadania no sabe lo que es el franquismo y las ideas de VOX le parecen artículos de souvenir trasnochado.
Nada más.
Porque Podemos, la verdad, cada vez se parece más al PSOE de los ochenta. Consejero de multinacional incluido. Lo de líder omnipresente y mesiánico ya lo tienen.
Por eso la crispación de estos tiempos.