Los políticos españoles, esa
profesión tan denostada y para la que uno ya no encuentra argumentos con que
disculparlos, no deben dejar de mirar al capital, por su fuerza y poder es una
de las corrientes que gobierna nuestra sociedad, deben de empezar a escuchar al
ciudadano.
Todos los españoles de menos de
cincuenta años han adquirido conciencia estando en democracia. Se les ha
repetido por activa y por pasiva lo que significa una democracia. Pero ha
sucedido como pasa muchas veces, que el profesor repite una y otra vez algo con
el convencimiento de que los alumnos son unos tarugos y nadie hace caso. Así
los políticos de este país se han cansado de hablar de democracia y respeto al
pueblo, creyendo que eran palabras que se llevaba el viento. Porque ellos se
han seguido comportando como habían visto hacer a los otros, los de los
cuarenta años antes. El discurso enfebrecido y falso, las manifestaciones en la
Plaza de Oriente y toda esa apariencia de farsa democrática. Pero hete aquí que
ha llegado la crisis y los ciudadanos se han despertado de su letargo
posfranquistas y han refrescado eso que tanto se les ha dicho: España es una
democracia y los ciudadanos tienen libertad para exigir sus derechos. Y se han
puesto manos a la obra. Y lo están haciendo muy bien y dando continuamente
muestras de que pueden hacerlo mejor.
Pero la democracia es un juego
que debe jugar todo el mundo, incluidas las partes digamos representativas de
ella junto con el pueblo: Claro está, me estoy refiriendo a los partidos
políticos y sus miembros, me refiero a los organismos institucionales y me
refiero a los poderes, a los tres.
Y es ahí donde no avanzamos al
paso que el pueblo, que no olvidemos que es el poder soberano, está pidiendo.
Los políticos, más que las instituciones, por su supuesta flexibilidad hace
tiempo que deberían haber aceptado el reto. Pero no ha sido así. Ni tan
siquiera los de izquierdas, ni tan siquiera los sindicatos.
El pueblo lleva gritando ya unos
años sus penurias, su descontento, su disconformidad con lo que pasa, exigiendo
soluciones que no lo martiricen más. De los políticos no reciben más que
evasivas, cantos de cisne y exigencias sobre comportamientos ordenados y
respetos. Satanizan a la PAH que recoge a los ciudadanos más maltratados por la
crisis pero son incapaces de encontrar una solución para sus desahucios. Es que
ni tan siquiera se han puesto a pensar en algo. Aprobaron una ley que no ha
servido para nada. Condenan a los jóvenes que una y otra vez los abuchean, sin
dialogar con ellos. Sacrifican el sistema educativo haciendo oídos sordos a
todos los estamentos educativos que se han quejado una y otra vez. Lo mismo con
la sanidad.
¿Qué les pasa a los políticos
españoles?
Llana y simplemente que no son
políticos para estos tiempos que vive España, son políticos que estarían bien
en el país de las Leyes Fundamentales. Pero no en esta España democrática y
libre. Están tan sobrepasados por el pueblo, salvando las distancias, como las
leyes iraníes con este grupo de jóvenes que bailan el “Happy”.
Los hechos acaecidos en
Catalunya con Alicia Sánchez Camacho y Cristóbal Montoro el día 21 de Mayo, su
coche fue apedreado y golpeado mientras recibían insultos, se está saldando con
reproches del PP hacía los mossos de escuadra, reproches contestados por CiU, y
con una amplia cobertura en los medios de comunicación en los que se despacha
el asunto hablando de fuerzas de extrema izquierda y nacionalistas catalanes,
mientras vemos a personas de edad avanzada con las camisetas de la PAH.
¿Qué les pasa a los medios
informativos españoles?
Básicamente que la información
veraz les importa un comino. Obedecen al amo. Y el amo dice que no hay que dar
pistas. Dejarse llevar por la corriente que marcan los políticos, a su vez
aleccionados por sus deudas.
Con lo fácil que es explicarse
lo sucedido. Además con dos personajes paradigmáticos de la sordera política.
Alicia Sánchez Camacho vive en
Catalunya. Parece mentira que sea así. Me cuesta ver el día a día de esta buena
mujer en las calles de Barcelona sin caer en la cuenta de que lo que está
sucediendo en Catalunya es absolutamente normal y natural. Entiendo que sea
contraria a la independencia, yo mismo lo soy, pero ¿cómo ignorar el clamor de
un pueblo que sólo quiere manifestar su
deseo de decidir lo que quiere ser? Y machacarles una y otra vez con la
monserga de la legalidad. Así una y otra vez, año tras año. Hace más el PP por
el independentismo que la ANC. Ésta sólo convence a los ya convencidos, pero el
PP es que convierte a los indecisos.
Su acompañante, Cristóbal
Montoro, Ministro de economía, que no sólo ha hecho lo que históricamente han
hecho los caciques, subir impuestos y apretar a las clases débiles, si no que
le ha perdonado un montón de millones a los más rico con una ley de amnistía
fiscal que él llamó regularización, ahora se ve que prepara otra con la
connivencia de Suiza, y que de vez en cuando se permite maneras de pistolero
del Oeste.
Pues bien estos dos políticos
andan por Catalunya vendiendo humo a ciudadanos que ya están más que hartos de
saltimbanquis y títeres. Quieren políticos decentes y que les escuchen.
Puestas así las cosas ¿a quien
extraña que un grupo de ciudadanos aprovecharan su presencia para gritarles sus
exigencias? ¿De malas maneras? Pues claro. Ya están cansados de las buenas maneras
que no sirven para nada.
Esto es lo que tenían que haber
reflejado los medios de comunicación y no esa noticia timorata y convencional
convertida en un suceso más y no en una señal de que en España los políticos
cambian o la ciudadanía los cambiará
Completamente de acuerdo, no obstante, quiero incidir en el lamentable papel de los medios de comunciación (en una inmensa mayoría), que no están cumpliendo con lo que debe de ser su función, a saber: ofrecer información veraz cueste lo que cueste y deje con el culo al aire a quien deje.
ResponderEliminarEs sabido dentro de la profesión e incluso fuera de ella, que la noticia es más noticia cuando los poderosos no quieren que se publique, siempre y cuando su contenido sea completamente veraz, no podría ser de otra manera.
Aquí, salvo honrosas excepciones (cada vez menos), los medios están al servicio de los poderosos (financieras, bancos, partidos, etc) y así nos luce el pelo, los gobernantes nos las dan todas en el mismo carrillo.
Le felicito por el blog, lo mismo que por sus brillantes aportaciones en 'El ojo izquierdo'.
Gracias, ¡qué tiempos aquellos! Nos reímos lo nuestro con José María Izquierdo. Hoy El País es otra cosa. No sé cómo lo llevará nuestro catavenenos. Un saludo.
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