Estaba soñando que Kim Novak, no
sé si la de Vértigo o la de Pic-Nic, y
yo nos habíamos salvado de un naufragio y estábamos solos en una isla desierta
y ella me decía,
-Ámame, no puedo esperar más, te
necesito, hazme tuya- exclamaba toda desnuda y anhelante, frente al mar
inconmensurable, sobre la arena brillante y los cocoteros aullando a nuestra
espalda una ranchera y yo le decía,
-Vas muy deprisa, tenemos que
conocernos, darnos un tiempo……
Cuando sonó el teléfono.
Eran las tres de la madrugada.
-¿Si?
-Vístete que pasaran a recogerte
en una hora.
Era mi jefe, bueno, uno de mis
jefes. Ahora mismo hay quince personas que pueden decir, sin mentir, que son
jefes míos. Los mantengo a tiempo parcial y los atiendo sólo cuando me llaman para
ofrecerme generalmente trabajos mal pagados, de poca duración y nula cobertura
social. Es que soy así de pobre.
-¿De qué va esto? ¿Sabes la hora
que es?
-No lo sé. Sí, las tres a eme.
Era de todos mis jefes, el que
me daba ocupaciones más chungas. Eso sí, también las mejor pagadas. Un día me
contrato de gigoló con una ricachona de ochenta años por dos horas y mil euros.
Estuve tres días con ella. Hasta que conseguí que tuviera un orgasmo. Soy así
de cumplidor.
Así que esta vez a saber que
sería.
-¿Cuánto de las dos cosas?
-Unos cien euros y el tiempo no
sé.
-¿Cien euros? ¿Tú estás de coña?
-Cien euros y un empleo de
funcionario de por vida, en la administración catalana o en la española.
¿Catalana? ¿Española? ¿Pero esto
de qué iba?
-¿No puedes ser más explicito?
¿Un poquito?
-Un poquito sí. Harás de
intérprete.
-¿De intérprete de qué?
-De catalán.
-Tú ya sabes que yo me defiendo
mal con el francés y el inglés me cuesta leerlo.
-Es catalán- castellano.
-¿Catalán- castellano? ¿Es una
broma?
-No, no lo es.
-¿Qué es, un sudamericano que
viene a sumergirse en lo más profundo de la cultura catalana o qué?
-Te he dicho un poquito.
-¿Puedo elegir el puesto de
funcionario?
-No, pero me han garantizado
estabilidad.
Joder, ¿Qué hago? Las tres de la
mañana, un coche esperándome para llevarme vete tú a saber dónde, para traducir
del catalán al castellano y como premio cien euros y un empleo de funcionario
para toda la vida. Esto sonaba a algo clandestino. Molaba.
-Vale.
-¿Me llamarás para decirme de qué
ha ido?
-No- y colgué.
Abajo me estaban esperando dos
coches, uno de la Guardia Civil y otro de los Mossos, los dos con las puertas
abiertas invitándome a entrar.
-¿Cómo me parto, a lo largo o a
lo ancho?
Lo echaron a cara y cruz y me
toco ir en el de los Mossos. Los verdes detrás, escoltándome.
-¿A on anem?
No me contestaron, como
esperaba, pero yo tenía que preguntarlo.
Arrancaron y pusieron un rap
Cara
al sol con la camisa nueva
que no es de franela
pero que sabe a tela, a tela,
tela marinera
para pasear por las montañas
nevadas
buscando castañas envenenadas..
-¿Quién es éste?
-No lo sé, es música
corporativa. Es lo que escuchamos.
Miré hacia atrás, me imagine lo
que estarían escuchando los de atrás. Alguna sardana elíptica o una habanera
llorona.
-Cagondena- oí delante y de
pronto el mosso que no conducía se abalanzó sobre mí, me asusté y me eche para
atrás dispuesto a vender cara mi vida.
Pero sólo quería ponerme un
pañuelo en los ojos. Para que no viera por dónde iba. Y yo tonto de mí, ni me
había fijado dónde estábamos. Se veía que no había entrado todavía en modo peli
de suspense. Subieron el rap a tope
Me bordaste la camisa en rojo
ayer,
dejaste la sisa que casi un
resfriado cojo
y pa más joder y con tan mala
suerte
que seguro hallo la muerte y
sino,
ojalá te vuelva, borde, a ver.
¡Qué vas a ver!
Llegamos, oigo los típicos
ruidos de frenazos, puertas que se abren, pasos sobre el asfalto y la puerta de
mi lado que se abre. Casi me caigo de espaldas. Plaza Sant Jaume, Palacio de la
Generalitat. Aquí hay gato encerrado, busco cámaras, no las veo. Miro al mosso que
está a mi lado. Parece de verdad. Busco el coche de la Guardia Civil, lo veo
parado, asomando un poco el morro en la esquina con la calle Jaume I.
Se acerca a mí un tío Sam pero disfrazado
con la cuatribarrada y una barretina en la cabeza. Ahora me doy cuenta de que
hay coches oficiales por un tubo. Todos repletos de banderas. Hay uno que lleva
uno, dos, tres….trece banderas españolas. El coche oficial catalán que más
lleva tiene siete cuatribarradas. Alguien se va a llevar una bronca cuando esto
acabe.
-¿M'acompanya si us plau?- me
pregunta el del carnaval con un acento
de Olot impecable.
Digo que sí con la cabeza. No
salgo de mi estupor.
Entramos, escalinatas, pasillos.
-¿Com deixa vostè que ho
disfracen d'aquesta manera? ¿No té orgull?
Me mira con suficiencia.
-Mira, niño, el orgullo yo lo
dejé en la estasión de trenes de Campillos, Málaga, ahora hase sincuenta años.
Tuve que cambia trabaho por orgullo- contesta con un acento andaluz de
soca-rel.
Espera a ver qué digo, pero
estoy ko.
-A veure si ets capaç de
fer-li aquesta pregunta als de dins- dice y me deja delante de una puerta que se abre sola.
Entro. Hay al fondo dos personajes
sentados uno enfrente del otro, no hay más mueble en toda la sala. Avanzo. No
me lo puedo creer. Me acuerdo de mi jefe y de su puta madre. Son ellos. ¿Qué
esperan de mí? Si apareciese Tarantino no estaría más sorprendido.
Me acerco. Los dos se miran el uno al otro como
en éxtasis y no me hacen ni puto caso.
¿Y yo?, ¿Dónde me siento?
Miro a mi alrededor. En una de las
esquinas veo una silleta de playa, plegada, apoyada sobre la pared. Debe ser
para mí. Voy a por ella, la despliego y me siento quedando uno a mi izquierda y
otro a mi derecha.
Nada, como si no estuviera.
-Buenas noches – digo
-Buenas noches- contesta Mariano.
Artur permanece mudo.
-Bona nit- digo
-Bona nit- contesta Artur.
Mariano ni mu.
Me quedo pensativo,
-¡Hey!
-¡Hey!- contestan los dos al unísono.
Esta coincidencia parece que les
anima.
Los dos me miran esperanzados.
-¡Hola!
-¡Hola!- contestan los dos como
niños en el circo.
-¿Quién empieza, qui
comença?
Mariano alarga la mano en gesto
de invitación a que empiece Artur y Artur se la devuelve. Los dos permanecen en
silencio.
-¿Hago un resumen, faig
un resum?
Ahora los dos con la mano
abierta me invitan a que lo haga.
-Estem aquí reunits para unir en
santo matrimonio….ay, no, que no va por ahí. A ver que me centro. Aquesta
historia va a començar…..tampoc.
Si, si, ahora. Esto que está pasando es como si usted, Mariano, permítame que no
le tutee, tuviera un conjunto con un solo elemento. Este elemento sería:
“Cataluña no se va de España”. Y vosté, Artur, tampoc ho tutejaré, tingues un altre conjunt amb
un element que diu: “Catalunya es vol pirar de Espanya”. Como es veu, se ve, no
hay, no hi ha, intersección, intersecció, posible, possible.
Sólo unión o separació.
De pronto oigo un gemido. Miro a
Mariano. No es él. Miro a Artur. Es él. Está llorando, plorant. Es normal, normal,
pienso, penso, quiere, vol, y no quiere, no vol, irse, anar-se.
Mariano le tiende un pañuelo
para que se suene. Es un pañuelo con la bandera española. ¿Qué mala leche! me
digo, em dic.
Artur se suena y de pronto se da
cuenta con qué se está sonando. Se vuelve a sonar, esta vez estrepitosamente, a
demás gargajea y se limpia con el pañuelo. Me lo da para que se lo devuelva a Mariano.
Declino la oferta. Artur mismo se lo devuelve a Mariano. Con una sonrisa
maliciosa. Sin dejar de llorar.
Mariano coge el moquero, lo
mira. Pone morritos. No, no. Si, si, arranca a llorar, plorar, también, tambe.
Artur que estaba dejando al ver
a Mariano se anima. Redobla los esfuerzos. Artur se siente retado. Berrea.
Mariano sube el tono. Ahora berrean los dos.
Yo, ¿Qué hago? Nada. Me digo
esto no hay Dios que lo traduzca. Aparece el bedel.
-Pero niño. ¿Qué le ha jecho a ehto
do?
No sé cómo explicarlo. De todas
formas no me deja. Me empuja.
-Ven, sal por esta puerta. Tú no
has estado aquí.
No digo ni mu. Yo lo que quiero
es irme. Traspongo la puerta de incendios y el berreo continua.
Y hasta aquí es todo lo que pude
ver con mis ojos. A partir de aquí elucubro.
Teniendo en cuenta como los dejé
y que he oído que se reúnen la próxima semana interpreto que por fin los
guionistas han encontrado por donde seguir …aunque yo veo el asunto bastante
peliagudo y a los guionistas un tanto perdidos…perdidos….lost……no sé si me
explico. Que lo mismo les da por decir que estamos todos muertos y que teniendo
en cuenta tal vicisitud, lo mismo da una cosa que otra.
Pero de todas formas claramente
se dibuja uno de estos dos panoramas, o cambian de protagonistas o lanzan una
nueva temporada, con ofertas y contraofertas, liquidación por fin de
legislatura o una relación sentimental a todas luces descabalgada entre Artur y
la vicepresidenta, peores cosas se han visto en “Aquí no hay quién viva”, o ya
rozando lo inverosímil Mariano se aprende el catalán en dos semanas, se hace
casteller y le da a la sardana de locura y tira capítulos nuevos. La cosa es
mantener el sinsentido y la cerrazón que es lo que caracteriza a esta serie.
Ni que decir tengo que ni me
pagaron los cien euros ni soy funcionario, si no de qué iba yo a estar aquí contando
esto a ver si me saco unos euros.
Resumiendo: Que ustedes la
semana que viene, lean lo que lean y oigan lo que oigan, no pierdan de vista
que es una serie, no la realidad. Para la realidad, el bedel de Málaga.
Un relato lleno de sarcasmo, me he reído un montón,al final has hecho que recordara la frase "la realidad siempre supera la ficción".
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