Estaba viendo la película, riéndome con las escenas y escuchando
las carcajadas del resto de espectadores cuando de pronto la historia con
mayúsculas se me vino encima y cesé en mi regocijo. Durante unos minutos me
quedé como traspuesto. Y volvió a mí una sensación que en los últimos tiempos
no ha parado de crecer.
Una sensación que se presentó un día, cuando, ya en democracia,
surgieron fuerzas políticas nacionalistas con un planteamiento rupturista hacia
España. Hasta ese momento, con la
Dictadura, estos anhelos nacionalistas estaban larvados. Inexistentes. Y la
lucha criminal de ETA era la excusa perfecta para que siguieran larvados.
Al despertar con las libertades, como no podía ser de otra
manera, causaron una reacción. Una reacción, más o menos de la misma fuerza y
de sentido opuesto. A partir de ese momento mi sensación de que este asunto no
se ha tomado en serio por parte del los españoles procedentes del resto de
España, incluidos los residentes y vecinos en estas dos autonomías históricas,
le pese a quien le pese, lo de históricas, digo, no ha parado de crecer.
Allí estábamos, riéndonos con una película divertida, llena
de topicazos, a ratos muy ocurrente, y ambientada en una zona del país en la
que han muerto asesinados concejales elegidos democráticamente. Y no hace ni siglos,
ni muchos años. Antes de ayer, como quien dice.
Podría decirse que nos reímos porque la situación está
resuelta. Pero no es así. Las muertes han cesado, es cierto, pero el problema independentista
sigue más vivo que nunca. Para muestra dos botones.
Uno. En el mismo País Vasco, las instituciones están casi llenas
de representantes políticos elegidos democráticamente que tienen como objetivo primordial
y nítido la independencia de Euskalerria y que piensan muy claramente que la lucha
de ETA no fue una lucha criminal.
Dos. Recién salidas del horno unas declaraciones de Artur
Mas en el sentido de que no descarta una declaración unilateral de
independencia por parte de Catalunya, del Estado Español.
¿Eso da risa?
Podría decirse que nos reímos porque el problema está ahí
pero que los representantes políticos españoles tienen la solución y están
encarando el asunto con acierto y sentido común. ¿A cualo?
Precisamente son estos políticos incapaces, sin ideas,
inoperantes, refugiados cual avestruz cabeza enterrada en su “no” permanente, los
que hacen crecer en la población la despreocupación y la valoración incorrecta
de lo que supone tener dentro del propio país a unos millones de compatriotas
que no quieren serlo. Esto viene a ser como si en una familia un hijo con
ansias de independizarse es desautorizado por el padre y éste dirigiéndose al
resto de la familia les cuenta: Tranquilos, no sabe lo que dice, está en la
adolescencia. Y resulta que el hijo tiene más de mil años.
¿Eso da risa?
Podría decirse que hemos hecho un ejercicio voluntario de
olvido y ya no recordamos los terribles años, cercanísimos de la desmembración
de Yugoeslavia, del calentito y crujiente de Crimea, para no caer en la cuenta
de que un día de estos te puedes levantar y encontrar que tu país está saliendo
en todos los noticieros del mundo por algo similar.
¿Eso da risa?
Resumiendo, la película trata en clave de humor un asunto
peliagudo y doloroso y tiene todo el derecho del mundo. Lo que no sé es si los
espectadores son todos conscientes de dónde puede ir a parar tanta risa.
No quiero amargarle a nadie la película pero creo que a los
ciudadanos españoles del resto del Estado Español ya les ha llegado la hora de
tomarse en serio y con respeto a aquellos que tienen ocho apellidos vascos de “soca-rel”.
Y obligar con sus votos a los incompetentes políticos que tenemos en Madrid a
encontrar una solución…que nos haga reír y no llorar.
Pensar que el nacionalismo surge con la muerte del dictador es significativo de lo enterado que está usted de esta cuestión. Una cosa es que la represión y la "libertad de expresión" de aquella época ocultara la realidad, y otra que no existiera el sentimiento nacionalista, incluso, independentista. ETA no apareció en la transición, sino bastante antes. Tal vez, usted eche de menos aquella época y piense que lo que no se publica no existe, pero, no por ello la realidad deja de ser lo que es.
ResponderEliminarMe parece que no se ha leído con atención la entrada:
Eliminar"....surgieron fuerzas políticas nacionalistas con un planteamiento rupturista hacia España. Hasta ese momento, con la Dictadura, estos anhelos nacionalistas estaban larvados. Inexistentes. Y la lucha criminal de ETA era la excusa perfecta para que siguieran larvados. "
Inexistentes no es que no existieran, si no que no eran contemplados como posibles por los ciudadanos.
Hay mucha lógica en el planteamiento que Vd. hace y sus reflexiones las considero apropiadas y nada fuera de lugar.
ResponderEliminarDesearía hacer una observación previa: en España, tampoco desde 1977, hay democracia. Es un sistema donde dos partidos políticos controlan todos los resortes de poder del Estado, los políticos y los económicos. Esto quiere decir que las decisiones que incumben a todos se toman según los intereses de esos grupos de poder que controlan el Estado.
Así las cosas, el tema vasco y, ahora, el tema catalán han sido siempre utilizados, no para buscarles una solución, sino para ser gradualmente utilizados en beneficio de las castas en el poder.
Por eso, como Vd. observa, aún siguen ahí, sin resolverse y creando la mala leche, teledirigida, a tanta persona de bien.
¿Cómo se debería haber resuelto o se debe ahora resolver?. Respuestas hay para todos los gustos, pero yo sólo creo en un planteamiento que debe compaginar dos principios: el respeto de los derechos ciudadanos de todos, independiente de su sensibilidad nacional y el que las únicas uniones que funcionan son las queridas por todas las partes que la forman.
Estoy de acuerdo con usted. Pero disiento en lo de que no hay democracia desde el 77. Sí que la hay...el que los ciudadanos la hayamos hecho servir es otra cosa. Ahora ha surgido Podemos que con su empoderar al ciudadano me parece muy ilusionanate para quitar de en medio ese bipartidismo perniciosos que nos dirige.
EliminarAdemás se le olvida a usted algo muy importante: que estas oligarquías en esta partidocracia oligárquica de cartón-piedra también nos imponen su agenda política para que pensemos el qué, cuándo y cómo les interese a esas oligarquías en cada momento. Es por eso que le pregunto.: ¿está usted seguro que de verdad usted pertenece a una de esas partes a las que usted alude? o ¿se han inventado las partes para que nos posicionemos según la conveniencias de esas oligarquías? En verdad que mi único interés es ser ciudadano y que se me respeten mis derechos individuales, posibilidad de trabajar y educación y no pertenecer a ninguna de esas partes a las que usted alude y posiblemente le han imbuido
Eliminar"Ser ciudadano" es la esencia de la plataforma Podemos.
EliminarDejamos el tema de los periféricos -gracioso eufemismo- y pasamos al asunto gordo -otro eufemismo- en el que no estamos de acuerdo: la no existencia de democracia.
ResponderEliminarLa "transición" fue un plan muy feo para "cambiar" un sistema político fuera de lugar en Europa -estábamos en plena Guerra Fría- por otro homologable en apariencia. Para ello los de antes debían repartir poder con los que se afanaban por entrar (PSOE, PC y otros). Llegaron a un acuerdo y se pusieron manos a la obra.
Resultado: una constitución que reconocía la mayoría de los derechos civiles pero con un agujero enorme que permitía saltarse la separación de poderes, base fundamental en cualquier carta magna para desarrollar un sistema democrático.
Y, así, sin separación de poderes, vino la corrupción, el saqueo, la impunidad y el empobrecimiento, disimulado por esa huída adelante que supuso el ladrillo.
El sistema es tan perverso que cualquiera que llegue arriba, aunque sean otros ajenos al PP y PSOE, acabarán también corrompiéndose, por lo que por donde hay que empezar es por traer, de una vez, la democracia a España.
Muy de acuerdo. Hace un tiempo hice esta reflexión con la que seguro que coincidirá
Eliminarhttp://cadasegundodescuenta.blogspot.com.es/2013/12/transicion-no-transposicion-de-aquellos.html
Le he leido y lo que usted explica "a su manera" se llama gatopardismo en política. Yo por ejemplo a la Trasición del 75 al 78 le he apodado la Restauración monárquica (de 1875) Versión 2.0. el nombre de gatopardismo viene de una genial frase del libro "El gatopardo": "Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie" (en italiano: "Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi"). Esta frase simbolizaba la capacidad de la aristocracia siciliana y otros poderes fácticos de la isla en donde nació la Mafia para adaptarse a lo largo de la historia a los distintos gobernantes ocupantes de la isla, pero también la intención de la aristocracia local de aceptar y conformarse con aquella revolución unificadora nacionalista pan-italiana de Garibaldi y, por ende, aceptar el anexionismo encubierto de la monarquía saboyana para poder seguir conservando al menos parte de su influencia y poder en su Sicilia natal. El "gatopardismo" o lo "lampedusiano" es en ciencias políticas el "cambiar todo para que nada cambie", paradoja expuesta por esta obra de forma magistral escrita por Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957). En ciencias políticas se suele llamar "lampedusiano" al político que inicia una transformación política revolucionaria, como por ejemplo nuestro ínclito Suarez, pero que en la práctica sólo altera o desmonta la parte superficial de las estructuras de poder, conservando intencionadamente el elemento esencial de estas estructuras (las oligarquías que se amamantaron al calostro de Franco en nuestro caso). Así, la novela muestra cómo la aristocracia absolutista del Reino de las Dos Sicilias es expulsada del poder político para instaurar la monarquía parlamentaria nacionalista, colonialista y liberal del Reino de Italia pero ello no implica transformar las estructuras de poder: la burguesía local cambiaba de chaqueta y se pasa a la Casa de Saboya por el simple método de sustitir a los aristócratas como la nueva élite que acapara para sí todo el poder político, recurriendo incuso al fraude electoral bajo una apariencia democrática. Le recomiendo tanto el libro como la pelicula que realizó Visconti en 1963 del mismo título.
EliminarHe leído el libro y visto la película. Sí, estoy de acuerdo. Pero ahora somos conscientes.
EliminarPara Miguel A. Requejo Alfageme:
ResponderEliminar"Pero disiento en lo de que no hay democracia desde el 77. Sí que la hay...el que los ciudadanos la hayamos hecho servir es otra cosa"... Escribe usted constestanto a otro "anónimo". Votar no significa obligatoriamente que exista una democracia. Por ejemplo en Corea del Norte se ha celebrado recientemente elecciones que ellos llaman "la fiesta de la democracia" en la se introduce un nombre previamente elegido mientras que por las calles, los militares uniformados y los funcionarios bailan en grandes ruedas al son de "Los pajaritos" Aquí votamos cada 4 años ¡una lista!, pero no elegimos los representantes a diputados los eligen por nosotros los partidos, nada sabemos de su vida laboral, intereses políticos, lobbies con los que colaboran, etc. Una vez elegidos no tiene ninguna relación con sus votantes ni les deben nada. Trabajan para el partido y votan lo que les dice la cúpula del partido. ¡Eso no es democracia! Además aduce que es culpa nuestra que no lo sea, olvidando desgraciadamente que no hay en la Constitución del 78, redactada por y para los partidos, modo alguno para cambiar ,en particular, el sistema de representación ni el sistema electoral para elegirlos. Es un régimen cerrado al cambio; ya que todo depende de la voluntad de los propios partidos que detentan los poderes facticos por turnos. Lo que todos llamamos "transición" eufemísticamente fue en realidad el reparto del poder omnímodo de un sátrapa entre las oligarquias existentes bajo esa tiranía faraónica de Franco, un remedo de aquella Restauración monárquica del 1875; pero en versión 2.0. Con la diferencia de que durante los últimos 35 años no se ha repetido el fenomeno que Benito Pérez Galdós explicaba en su obra "Miau" del funcionario "cesante". En la Restauración se turnabann los gobiernos yo también cambiaban a los funcionarios, nombrados a dedo, que entraban o salían con cada gobierno. Por lo que el número de funcionarios no aumentaba con cada administración como ahora. Resultando en que el gasto burocrático no crecía exponencialmente como ahora. Además no existían las autonomías. En definitiva ahora sufrimos una partidocracía como cuando la Restauración de 1875 pero el gasto de la burocracia se ha multiplicado por 17 gobiernos taifales y con cada elección de representantes este gasto se dobla porque los "apesebrados" de cada partido no salen para que entren otros, sino que se doblan y con ello el gasto para las arcas públicas que desgraciadamente pagamos con nuestros impuestos. ¿A eso llama usted democracia? ¿Acaso existen verdaderas vías políticas para cambiar este sistema corrupto partidocrático de las oligarquías? ¿Van a apartarse las oligarquías después de casi 200 años de poder? ¿Solucionan los problemas de los ciudadanos o solo se dedican a resulver sus problemas? ¿Quiénes pagan realmente la factura de semejante elefantiasis política y burocrática paralizante?
Yo he vivido en otros paises. También tiene problemas, pero también tienen de verdad la posibilidad de participar realmente en el gobierno de su país.
Repito, Podemos es un buena opción
ResponderEliminarhttp://cadasegundodescuenta.blogspot.com.es/2014/03/podemos-cuando-el-verbo-se-hace-sujeto.html
No sé si ha oido hablar de esta plataforma que ahora se presentará a las elecciones europeas.
¡Por favor! no reclame ni haga propaganda de una plataforma de la que usted (me da la impresión) aún no ha asimilado o entendido al 100% su mensaje o contenido político por la forma de expresarlo. Además, yo ya boté (con b) con los pies por el expeditivo método de emigrar a U.K (O, mejor dicho, me botaron cuando un funcionario autonomista me pidió firmar unas facturas falsas para poder seguir trabajando. Aquel día me hizo un inmenso favor. Tardé un día en decidirme y un mes después estaba en U.K.) ¡España no tiene arreglo! Y mucho menos esta feneciente Europa tan alemana en el fondo y tan corrupta a la bruselense en los modos y en las formas.
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