El planeta es un gallinero y como en cualquier gallinero, la
supremacía la da la fuerza y el poder para ejercerla. Una fuerza y un poder que
un día sí y al otro también hay que poner en valor. No hace falta decir quiénes
son los gallos actualmente y quiénes optan al puesto de gallos futuros. Las
gallinas lo tienen claro. Ni falta hace decir que Europa es una gallina vieja
que pronto no servirá ni para caldo. Pronto en historia no es mañana ni pasado.
Échenle medio siglo, lustro arriba, lustro abajo.
A los gallos les gusta además de montar a las gallinas
mostrar su canto cada vez que hace falta y enseñar los espolones. Muchas veces
sin venir a cuento. Con unas maniobras militares, al lado de las gallinas de
los otros gallos, por ejemplo.
La desgracia, hasta ahora, y de manera implacable, es que
sucedía que dos gallinas se peleaban por cuatro granos de trigo y enseguida
venían los gallos con sus gritos y espolones y a los pobres polluelos los
masacraban. Siria es, ahora mismo, un buen corral para ejemplificar este
acontecer. El amor de la gallina llamada Bashar al-Assad por sus
polluelos y de las gallinas rivales por los suyos ha obligado a los gallos a
devastar el corral. Andan los polluelos que sobreviven piando desconsoladamente
por los corrales de medio mundo.
Recientemente otro corral ha entrado en
cacareos permanentes. Se llama Ucrania. El problema es que las gallinas no se
ponían de acuerdo: Unas querían ser montadas por un gallo y las otras por otro.
Han estado así un tiempo. Los gallos al acecho, echándole miraditas a las
grupas de las gallinas.
Mientras ellas se insultaban y se escupían,
no van más allá estas aves, que tocan más huevos de los que ponen, algunos
polluelos se despedían del mundo de forma harto baldía.
Cuando ya parecía que las gallinas más
dispuestas a romper con la falta de preservativos y de máquinas depiladoras
ganaban terreno, la disputa recrudeció en una esquina del corral. Ésta es una
esquina harto golosa pues es muy soleada y tiene salida navegable al mundo. Por
lo que el gallo que llegó antes se la quedó.
Desde los corrales del resto del mundo las
gallinas y los gallos con opciones contemplaban el berenjenal y se temían lo
peor. Pues estos gallos son de lo más gallo que hay en este momento. Gallo
cuello negro, gallo cuello blanco.
Pero parece que no va a ser así. Cuando se
esperaba que en cualquier momento los polluelos empezasen a caer como moscas ha
resultado que no.
Y ésta ha sido la gran y agradable sorpresa
de esta pelea de gallos. Que parece ser que los polluelos van a poder seguir
con su vida. Con otro gallo montando a las gallinas, pero sanos y salvos. Al
fin y al cabo que más le da a los polluelos quién monta o deja de montar, si
todos vienen del huevo.
Noticia muy buena ésta. El planeta ya está un
poco saturado de polluelos danzando fuera de su corral.
Pero si no hay espolonazos ni picotazos,
¿cómo se las van a arreglar para hacer valer su supremacía?
Pues parece ser que por fin la globalización
ha traído algo bueno y es que junto a la explotación que de la carne se lleva
haciendo últimamente, también ahora se empieza a sacar partido a eso de tener
el capital globalizado, y así sucede que
un gallo amenaza al otro con escacharle
los huevos que ha dejado por ahí diseminados y el otro al uno, pues parecido.
Así gallo cuello negro con la complicidad de
gallinas de una lealtad esclavistas le ha dicho a gallo cuello blanco que alguno
de sus huevos que andan por sus corrales, pues gallo cuello blanco es un poco
cuco y va dejando huevos en corrales ajenos para que gallinas de otros se los saquen adelante, quedan en
observación, marcados y sujetos a posible fritura. Gallo cuello blanco ha
contestado que el hará lo mismo, aunque es probable que no sean huevos si no
gases lo que este gallo utilizará contra las gallinas favoritas de su opositor.
Que dejara de peerse hacia ellas y su gas dejará de calentarlas. ¡Supera eso! Ha
dicho gallo cuello blanco.
Y así andamos, como siempre, porque las
guerras entre gallos son cosa de huevos
y malos gases. Lo esperanzador de esta vez es que los huevos y los gases son
otros y por ahora sangre no hay.
Parece ser que debido a los avances
tecnológicos llevados a cabo en los últimos tiempos los espolones y los picos
de estos gallos mejor que no entren en danza porque son de un mal hacer
aterrador. Dizque podrían destruir los corrales para siempre.
Asistimos pues a una modalidad de enfrentamiento muy
prometedora que aunque no tiene la bizarría de las grandes gestas y no dará
para heroicidades, y se parece mucho a una escena de mandriles mosqueados, es
contemplada con mucha esperanza por los polluelos que esperan que por una vez
la guerra no vaya con ellos y esté en otra parte.
Una parte, que por otro lado, pone en
evidencia que es lo verdaderamente preocupante para estos gallos, aunque anden siempre
hablando de libertades, democracia y respeto a los derechos humanos de los pollos….un
bla, bla, bla, bla que ya casi ningún polluelo entiende.
Mientras tanto,
Gira, el gallinero gira
en las calles, en la gente
corazones que se encuentran
corazones que se pierden,
alegrías y dolores de la gente como yo.
en las calles, en la gente
corazones que se encuentran
corazones que se pierden,
alegrías y dolores de la gente como yo.
¡El gallineeeeeero, que no haaaaaaa parado
ni un momento!
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