PREÁMBULO HOSPITALARIO (de hospitalidad, no de hospital).
Debería explicar el título.
Bueno, para la explicación del 9N no estoy preparado, es uno de esos sucesos
que pasan fuera de su época y que solamente siglos después las generaciones
venideras, le encuentran sentido.
Para lo de Dalí, sí. En realidad
explicando lo de Dalí se explica casi todo. Y si no fíjense. Dalí nace como ser
sensible y dotado para la creatividad en Figueres, en casa de un estricto
notario. ¿Notan el simbolismo que asoma la cabeza? Nace un hombre con vocación
de libertad en un hogar reglamentado y ordenado. ¿Les suena? ¿No?....... Los reglamentos no se
pueden cambiar ¿Y ahora? Pues eso.
¿Qué le pasa a un limonero a
medida que va creciendo? Pues que terminan saliéndole limones. ¿Y qué le pasa a
un limonero al que el jardinero se empeña en convertirlo en naranjo? Pues que
entre el limonero, con sus anhelos, y el jardinero, con sus intenciones, allí
terminan por salir higos. Pues Dalí igual. Además había que añadirle la
tramontana, que sabiendo que es un viento que viene de Francia pues ya está
todo dicho.
Lo demás es historia. Dalí
explotando por los cuatro costados, con cuadros geniales, cuadros disparatados,
huevos que se estampan en lienzos inocentes, declaraciones propias de Faemino y
Cansado, sexualidad más que indefinida, sacada de madre, y todo lo que se puede
encontrar por ahí en bibliografías y falsificaciones. ¡Ah!, y Gala, que en la
parábola viene a ser el que se roba el fruto del árbol, sea lo que sea, que a
ella le importa un carajo. O sea La Caixa. Y semejantes. Vamos entrando en
calor.
Al final Dalí se muere y le deja
todo al Estado Español. Al jardinero. Al final el limonero fue más naranjo que
otra cosa.
FIN DEL PREÁMBULO.
Ahora viene lo bueno.
Aclaración.
Todo esto que voy a contar pasó
en catalán pero yo lo cuento en castellano para que el resto de los españoles
se enteren de lo que nos cuesta votar a los catalanes.
Fin de la aclaración.
Mi abuelo y yo vivimos en el
monte, por Olot, no voy a ser más específico. Tenemos cabras, algún cabrón,
bastantes cabritos, vacas, toros, ovejas…animales en general. Ver a mi abuelo
con el ganado arrebujado en su bandera cuatribarrada y con la barretina en la
cabeza ya forma parte del paisaje de esta parte de los pre-pirineos. A nadie
extraña, a algunos divierte y de vez en cuando pasa alguno que en castellano le
dice cuatro barbaridades que mi abuelo se pasa por el forro “dels collons”,
porque no entiende castellano. A mí me deja indiferente. Cuando nací ya lo vi
así. Es l’avi, decía mi padre.
Ahora está malo, muy enfermo.
Vamos que se va a morir.
Y no tiene otro tema de
conversación que este lamento,
-No podré votar el 9N.
Vino el mosén. ¿Qué si quería
confesarse?
-¿Me traerá una urna?- le dijo
mi abuelo
Vino la Montse, que nos cambia
verduras por carne, ahora sólo carne muerta que mi abuelo ya no da y yo todavía
no he empezado,
-¿Qué tal avi?
-¿Me traerás la urna para meter
la papeleta?
Y la Montse riéndose,
-Para meter papeletas está
usted.
Total que al final, lo veía
venir, me tocó.
-Toma, fill meu, el 9N buscas la
urna y metes la papeleta.
Y me dio un recorte de una vieja
revista. Era un reportaje sobre Síssí Emperatriz. Se ve que mi abuelo había
recortado ya con mano temblorosa el trozo de papel y había quedado “Síssí empera”. Se lo prometí. Yo, en los 40 Principales y el Flaixbac no había oído
nada de eso del 9N. Miraría.
Se murió. El mosén, la Montse y
el Montseny nos acompañaron en el último tránsito de mi abuelo. Tránsito
terrenal, que dicen que el estomacal sigue unos días más. Ya sin un destino
claro. Por no encontrar otro camino. Envuelto en la cuatribarrada y con su
barretina.
Salíamos y vi al enterrador. Me
acerqué a él y le pregunté,
-Oye, el 9N, ¿Dónde estará la
urna para meter la ……
Y así me quedé. Reaccionó raudo
y me tapó la boca. Temblaba todo él. Miraba alrededor aterrado. Me entró miedo.
¿En qué estaba mezclado mi abuelo?
Se puso el dedo en los labios,
como la foto de esa enfermera que hay en el C.A.P. que cerraron ahora hace un
año que nos obliga a ir de urgencias a un ambulatorio que está a hora y media.
Y me dijo,
-Ya se sabrá. Cuando llegue el
momento.
Y así me dejó.
Me dije voy a mirar por la
televisión, a ver si me entero de algo. Yo, desde que tengo güifi en el redil
no miro la tele. Y en el aífon sigo el Gran Hermano y Adán y Eva, a la vez que
miro al resto de los animales. A veces no sé quién hace qué. El otro día un
Adán estaba con una Eva como yo me pongo a veces con la Margarita, que viene repleta
de leche y no hay forma de ordeñarla.
Estaba sintonizando y vi un
programa que se llama Polonia. Y me acordé de que un verano pasaron por la
masía una familia de Zamora, que por mucho que nos explicaron dónde estaba no
fuimos capaces de situarla. Estaba más allá de Zaragoza. Más allá del Muro, por
el bosque encantado, por la costa helada….deduje yo. Y cuando se fueron se
despidieron muy amablemente,
-Adiós, polacos.
O sea que era eso. Éramos
catalanes pero también éramos polacos. Y españoles. Joder, pensé, pues sí que somos.
Total que vi Polonia y me mondé de la risa. Me gusto mi país más que nunca. Y
allí me enteré de lo del 9N. Como se lo tenía guardado mi abuelo. Que tunante. Esto
del 9N debía ser una juerga.
Pero no decía nada de las urnas.
De pronto se me ocurrió. Las
fuerzas del orden. ¿Si ellas no lo saben quién lo va a saber? Y otra vez comprobé
lo diverso que era mi país. Podía elegir entre la Guardia Civil, que a las ocho
de la mañana subía por la carretera, a Can Carmina, a tomar café y a almorzar,
y que a las doce baja de Can Carmina, con el café y almuerzo hecho, para
ponerse a trabajar, o los Mossos d’Escuadra que pasan a las siete camino de Can
Pep, al café y el almuerzo, y bajan a las once también a cumplir con sus
obligaciones. Me decidí por la Guardia Civil. Están más en la línea de Polonia.
Por el tricornio más que nada. Me acordé en aquel momento de la gente que se
reía de mi abuelo por lo de la barretina.
A las doce, mejor, que a las
ocho subían zumbando. Los paré riéndome. Los tres coches se apartaron a un lado
de la carretera y en un momento tenía delante de mí siete guardias civiles.
Eran clavados a los de Polonia y empecé a mondarme de risa.
No podía hablar de la risa. Ellos
se miraban entre sí pero no se reían. Total que cada vez me fui riendo menos
hasta que no reí nada. Siempre mi abuelo lo decía: La realidad no se parece
nada a la televisión. Y qué razón tenía.
-¿A ti qué te pasa?- dijo uno.
Los que nos criamos en el campo
no tenemos dobles intenciones ni dotes comunicantes, así que les dije,
-¿Qué dónde está la urna del 9N para
meter la papeleta?
Uno se saco una libreta y cuando
pensaba que me iba a escribir la dirección me dice,
-Nombre y apellidos.
Se los dije
-Nacido en.
Se lo dije
-Nombre del padre y la madre.
Se lo dije. Y le di el de mi
abuelo.
-No. Sólo padre y madre.
-Pero es que me ha criado mi abuelo.
-¿Pero tú eres tonto o qué?
Profesión.
Se lo dije
-¿Dirección?
Se lo dije.
-Estudios.
En ese momento, otro se adelantó,
-Como te vuelva a ver por aquí haciendo
el paripé te meto dos hostias que te enteras.
El de la libreta la dobló, se la
metió en el bolsillo y se fueron.
Allí me quedé en mitad la
carretera. Pasó un tractor y casi me pilla.
-¡Pasmao!
Valoré la posibilidad de
intentarlo con los mossos, pero la deseche. Ya me había reido bastante.
Toda la tarde la pase cavilando.
No quería fallarle a mi abuelo. Yo esa papeleta tenía que meterla en la urna.
Fui al cementerio, desenterré a
mi abuelo, le quite la cuatribarrada y la barretina. Las lave y le puse una
estrella a la bandera como había visto en Polonia.
No podía fallar, aquí en las
montañas todo lo que viene de fuera pasa por la carretera. Así que el 9N la
urna tiene que pasar por la carretera. Allí estaré yo, con la papeleta y
dispuesto a echarme unas risas.
Di en
Créditos:
Catalunya……..Salvador Dalí
España………….Notario
Abuelo………….Avi
Narrador……… ¡Cuánto inútil,
aprovechado e incompetente en la política española!
No menciono la
corrupción por no sobrecargar la narración.
Fuerzas del orden……..Fuerzas del
orden de ellos(los de la línea superior).
Las Montanyas de Catalunya……..Ya
estaban ahí cuando llegamos y les suda todo, hasta su
nombre.
Lamentos:
Lástima que Dalí se llevara su
genialidad con él, lo que se podría haber hecho con este 9N si los productores
ejecutivos no hubiesen sido Mariano Rajoy y Artur Mas, un parado mental y un
comerciante metido a estadista.