Nosotros, los ciudadanos empresarios, tenemos gran parte de
culpa en lo que está sucediendo. Hemos dejado de lado nuestros negocios durante
demasiado tiempo. Estuvimos forzados durante cuarenta años, por una maldita
enfermedad, a alejarnos de nuestras empresas, pero desde el 75, cuando
recuperamos una cierta salud, tampoco nos hemos volcado en nuestros intereses.
Entretenidos en nuestras cosas, unas veces por una razón, otras por otra, hemos
dejado que nuestros trabajadores se fueran relajando y tenemos un panorama más
que preocupante. Debemos volver al tajo y ser los primeros en arrimar el
hombro. Ya se sabe, el patrón debe ser el primero y el último en marcharse y la
caja registradora siempre a la vista.
En el barrio de Gamonal de Burgos se han dado cuenta. No es
que por la mañana estén los primeros y sean los últimos en irse, es que viven
allí. Confiaron en el alcalde, dejaron de supervisarle y se han encontrado con
semejante desbarajuste. Pagándole como le pagan y cómo les ha correspondido.
Abuso y soberbia. Que se ha subido a la parra. Se cree que es el dueño. Ahora
que han tomado las riendas del negocio todo les irá mejor. Y si no les va
mejor, al menos las decisiones las han tomado ellos. Ese es el camino.
Pues en esa línea, yo, como parte del accionariado de este
país, creo que deberíamos volcarnos en sacar a flote uno de los negocios más importantes
y vitales para nosotros. La Casa Real. Demasiada gente trabajando, poca
productividad y además, de los currantes alguno mete mano en la caja. Se impone
un ERE. En mi modesta opinión.
Para explicar las fases en las que creo que debería llevarse
a cabo voy a inventar el verbo erar con el permiso de Luis María Ansón,
Académico.
Erar………..de ERE, estar bajo un ERE. Un erado: Uno que ha
sufrido un ERE.
Ahora mismo, aunque tenemos encargado de solucionar alguno
de los daños colaterales al juez Castro y aunque parece que hace lo que puede,
creo que a pesar de que salga airoso, no quedan suficientemente resueltos los problemas
del negocio. Creo, sinceramente, que hay problemas estructurales culpables de
que la productividad de sus actividades no levante el vuelo. A causa de una perspectiva
para un negocio de este tipo, quizás ya obsoleta. Debemos aligerar sobre todo
el organigrama dirigente. Verdadera rémora de esta empresa.
Empecemos pues.
Todo lo que voy a decir, naturalmente, está dicho con ánimo
de sentar una base de discusión y reflexión. Si al final se decide seguir como
hasta ahora, a mí que me registren, en sentido figurado ¡eh!
Empezaremos con la infanta Elena. Ésta es una empleada a la
que será fácil erar. Tiene su vida a parte y como está que va y viene. Va y viene,
va y viene, va….y no vuelve. Además sin carga de marido. Por ese lado casi está
hecho.Erada.
La Infanta Cristina y su marido. Esto va a ser más peliagudo.
Porque no solamente es que no rindan, es que se llevan los lápices, las
grapadoras, una maquina del café. Vamos que han terminado por montarse una
empresa o varias. Tal es el lio. O sea, de irse se tienen que ir. Pero antes
han de rendir cuentas. Ahí está el juez Castro, peleando como un jabato.
Aquí también tengo mis ideas:
1.- Cristina admite la culpa. Delito fiscal, multa al canto y si quiere hacerle un favor extra a los que se queden en el negocio, carta de disculpa a los propietarios, o sea, los españoles, nosotros.
2.-Su marido, siguiendo la senda de los acuerdos. Culpable. Cárcel. Esto va a ser doloroso. Pero serán unos meses, conociendo nuestras leyes.
1.- Cristina admite la culpa. Delito fiscal, multa al canto y si quiere hacerle un favor extra a los que se queden en el negocio, carta de disculpa a los propietarios, o sea, los españoles, nosotros.
2.-Su marido, siguiendo la senda de los acuerdos. Culpable. Cárcel. Esto va a ser doloroso. Pero serán unos meses, conociendo nuestras leyes.
Una vez arreglado el tema legal, estará alguna de nuestras
empresas auxiliares para recogerlos y darles una merecida ocupación hasta la
jubilación. Si es posible en Nueva Zelanda o por ahí. Podrán volver por
Navidad, faltaría más.Erados.
Ahora viene lo más, como diría, determinante. Cambiar al
gerente. Hay que hacerlo. Con todo el boato, toda la ceremonia y todo lo que uno
quiera pero ha llegado el momento. Parte de los problemas estructurales viene
de ahí. Y no lo digo porque el gerente lo haya hecho mal, no, ni porque ande
jodido de su propia estructura, no. Lo digo porque ha llovido mucho desde Franco
hasta aquí y ciertas costumbres hay que olvidarlas.
El gerente debe entenderlo. Gracias, tendrá un lugar en nuestros
corazones y en la historia. Llévese lo que desee pero adiós. Llévese a su
esposa, que de todos los que serán exeempleados es la que más vamos a echar de
menos. Por su saber estar y por ser prueba viviente de que ser reina es una
cosa muy jodida algunas veces. Que sepa que lo sabemos. Los hombres no tienen
arreglo. No meto aquí un refrán grosero porque usted no se lo merece, señora. Erados
también.
Hasta aquí el ERE.
Ahora la nueva reorganización de la Casa Real viene cantada.
Un rey, una reina y dos princesas. Se acabó. Nos quedamos con el jefe de la
Casa Real que por servicios prestados en otras empresas nuestras y que
recientemente han llegado a nuestros oídos parece que tiene sentido común, ya
se sabe, el menos común de los sentidos.
No vamos a entrar en la vida personal y familiar de nuestros
trabajadores, faltaría más. Pero sería de agradecer que cuando se esté
trabajando: Desfiles, viajes oficiales, vacaciones reales y demás aparezcan lo
menos posible. Sobre todo los de Nueva Zelanda.
Y ya está. Yo creo que no es un mal plan.
A los accionistas que piensan que este negocio es un mal
negocio y que podemos pensar en sustituirlo por Una República, cosa que a mí
también me haría mucha ilusión, les debo decir que lo veo más improbable no por
el hecho de que no funcione la Casa Real si no por el hecho de que no
funcionemos nosotros como republicanos. Somos unos borregos de muy mal
conducir.
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