Los avatares de la izquierda y de la derecha en la historia
son absolutamente lógicos y comprensibles. Lo explico.
El bienestar es eso que los seres humanos perseguimos desde
que nos enganchamos a la teta de la primera que encontramos, que hasta ahora
era la madre, y abandonamos a nuestro pesar cuando morimos, la teta no, el bienestar, y aún ahí no lo
tenemos muy claro, porque mausoleos lujosos y ataúdes forrados de terciopelo
algunos se encargan.
Pues bien, en esa obsesión por el bienestar absolutamente
comprensible está la diferencia entre izquierdas y derechas. La izquierda lo
quiere y la derecha lo tiene. Y como el bienestar es como la energía, que ni se
crea ni se destruye, lo que la izquierda quiere la derecha tiene que soltarlo.
Ahí está precisamente la explicación de la estabilidad de la derecha y el pandemónium
de la izquierda. Mantener algo es un objetivo claro, conseguirlo da para muchas
teorías e hipótesis. Ya se sabe, Google.
Y para desgracia de la izquierda, el bienestar es interactivo. Cuando consigues tenerlo, enseguida
te dice: Si quieres seguir siendo de izquierdas pulsa botón rojo, si no, no
pulses que ya te entiendo. Y no pocos se olvidan de pulsar. De ahí que sea
tradición en la izquierda las montañas rusas, no por el comunismo, si no por lo
de subir y bajar, también conocido por “Si te he visto no me acuerdo”.
Ejemplos de estabilidad y pandemónium en la historia hay
tantos como queramos, pero por poner dos próximos e indicativos:
Uno. Actual. En la derecha. Los empresarios españoles tienen
una única organización. Hay ramificaciones, pero no nos engañemos, el bacalao
lo corta la CEOE. Tienen tanta estabilidad que con un presidente golfo y
corrupto en la cárcel esperando juicio, ni se han despeinado. Lo que da tener….tener
sin más. Tienen un vice que pagaba en
dinero negro, pero, ¿a quién le importa? El bienestar une.
En la izquierda están los sindicatos. ¿Cuántos? Tranquilamente
una docena. Mal avenidos, tirándose piedras y poniéndose zancadillas. Hay dos
que sobresalen no sé por qué. También se han corrompido. Como dice mi abuelo:
Sólo aprendes lo malo.
Dos. La nunca lejana Guerra Civil, incivil que dice mi no admirado
académico Luis María Ansón en un intento de enmerdarlo todo. La derecha en
bloque tras de Franco. La izquierda matándose, y no es una metáfora. Los del
POUM en Catalunya lo supieron. Google, otra vez.
Y es que las vicisitudes que vive la izquierda se deben básicamente,
a que se llega a ella por dos caminos: o por el del corazón-estómago, o por el
del corazón-cabeza. Como vemos el corazón es el mismo pero el proveedor es
diferente.
Si a la izquierda se llega con el corazón vía estómago, pues
a nadie sorprende que cuando el estomago esté lleno pues el corazón empiece a
ser un poco chaquetero, por decirlo suavemente. Para ejemplos sólo tienen que
mirar alrededor, ustedes no lo sabrán pero estarán viendo varios ejemplares.
Abundan. Paradójicamente cuando están en su fase izquierdista son fácilmente manejables
y excitables, queman iglesias y matan monjas. Sin preguntar. A lo bestia. O
rompen escaparates de entidades financieras.
Si se llega sin embargo vía cabeza, como está tarda en llenarse
si es que se llena alguna vez, suelen ser ejemplares modélicos. Eso sí, de difícil
manejo. Y como cada cabeza da lo suyo, pues no casan, que decía mi admirado
Pepe Rubianes que ni era académico ni puta falta que le hacía.
Todo este rollo para entrar al trapo del debate sobre lo que
tiene que hacer la izquierda ahora y en este momento, a la oscuridad de lo que
está pasando y como consecuencia de las fuerzas de izquierdas que están
surgiendo. Jorge García Castaño lo ha pergeñado claramente en Público. Es talentoso
y es joven. No sé si ha llegado a la izquierda con el corazón vía estómago o
vía cabeza, pero eso de deberse a IU, como dice Julio Anguita no es muy
tranquilizador. Me debo a…….suena a fundamentalista. Espero que haya llegado vía
cabeza y que además no sea de difícil manejo, como Julio Anguita que sí lo es.
Las organizaciones de izquierdas de corazón-estómago, Plataformas
ciudadanas de todo tipo, y las organizaciones de izquierdas de corazón-cabeza, Podemos,
Partido X y otras, surgidas en esos
últimos tiempos están condenadas a encontrase con los partidos políticos ya
establecidos de izquierdas, evidentemente si alguien piensa que entre estos
meto al PSOE, me he explicado fatal.
Porque si no se encuentran es que por el camino se han perdido.
Una plataforma como Podemos no puede estar en la arena política disputándole
votos a IU, ni el Partido X compitiendo con Gaspar Llamazares. Seria de locos,
además de un ejercicio frívolo de la política.
El objetivo está tan claro como en el 1933, no cometamos los
mismos errores. Tenemos una democracia más o menos consolidada. No es el
momento de asediar a la monarquía, ni tan siquiera de meternos con las fuerzas
del orden. Se trata de llegar al Congreso, en Bruselas, en Madrid, o dónde sea,
con mayorías para luchar por unos objetivos muy claros: Educación pública y
gratuita, Sanidad pública y gratuita, Justicia independiente del poder
legislativo y ejecutivo y articular una manera de que el pueblo no deje de participar
constantemente en las decisiones importantes que le afecten. Nada más. Las ideologías,
para después.
Mientras eso no pase……..en la derecha, fiesta.
De acuerdo, de manera especial con los dos últimos párrafos, en los que sin duda y por la concreción, a buen seguro que ha participado su señor abuelo, ¿a que sí?
ResponderEliminarEnhorabuena por su blog.