Desde que mi abuelo
se ha enterado de que tengo un blog me tiene frito. Cada mañana me desayuno mi
taza de café con leche y un folio que mi abuelo me ha dejado al lado de la
taza. “Reducción de Fidel Castro con jineteras”, “Franco baila en El Valle de
los Caídos”, “Carrero no honró su apellido, saltó” y títulos así.
Pero ayer me dejo una cosa bastante bien aderezada sobre Gamonal.
¡Cómo no!, estos días todo el mundo escribe sobre Gamonal. Así que, ¿por qué nosotros no? De ahí lo de
duetos. Primero mi abuelo, edad obliga.
“Hará pronto cuarenta años que se acabaron los otros cuarenta
años. Es decir como si fuese una infancia y una adolescencia humana. Es decir,
estamos saliendo de la juventud impulsiva y un poco crédula y tontorrona para
entrar en la madurez reflexiva y responsable. Es decir, de la crisis económica
no saldremos así como así, porque no está en nuestras manos, pero de la crisis
de derechos sociales seguro que sí, y para ejemplo, Gamonal.
En los primeros cuarenta años nos sumieron en una infancia,
en la que nada era nuestro y vivíamos de prestado aguantando sus decisiones y
mangoneos, y ni media palabra. Después en el 75 se nos bajaron los testículos al escroto y empezamos a perder óvulos, votábamos
cada cuatro años y a casa, hasta que nos volvieran a llamar a las urnas, como
ganado que entra a los comederos.
Ahora ha empezado otra fase. Queremos follar y tomar
nuestras propias decisiones. Hay que abrirse camino.
El movimiento 15M fue un sarpullido, la PAH es una fiebre de
crecimiento y lo de Gamonal se empieza a parecer a esos sincopes que cada
cierto tiempo tiene la sociedad francesa y que le indica a los políticos
franceses por dónde tienen que ir las cosas. Lo sucedido en Gamonal ya es propio
de una sociedad adulta que por fin descubre que es dueña de su destino y que
quiere tomar parte en él. Por primera vez en España a un político no le queda
más camino que obedecer a quien le puso ahí. La participación ciudadana en la
toma de decisiones políticas cuando el pueblo lo considera necesario es una
prueba de una indudable madurez social.
Y, aviso a políticos mandones y autoritarios, esto ya no va
a parar. La satisfacción que hoy sienten los vecinos de Gamonal es una
epidemia. Epidemia que desde el PP se han apresurado a atajar, parando las
obras. Demasiado tarde, el olor de la libertad y el ejercicio de los derechos
ciudadanos se ha extendido por España. A joderse tocan, politicastros.”
Este es mi abuelo.
Ahora voy yo,
“A alguien le tenía que tocar y le ha tocado al alcalde de
Burgos. Mira tú si hay barrios en las ciudades de España y más jodidos que
Gamonal, pues le ha tocado a Burgos. Es como la lotería pero al revés. Todos
los alcaldes huyendo de esos barrios, ¡vade retro, Satanás!, pero la realidad
es muy terca y cada día sigue ahí. En los barrios, periféricos o céntricos,
dónde los más indefensos se refugian y hacen piña es dónde al parecer los
ciudadanos españoles van a adquirir su título de ciudadanos exigentes y
luchadores en pro de sus derechos y sus libertades. Con cualquier razón: Un
desahucio, una muerte por maltrato, un abuso policial o una remodelación del
entorno. Todo será válido para sacar a flote la frustración de unos hombres y
mujeres que se están quedando sin tiempo para poder vivir lejos de las
preocupaciones de la supervivencia.
Acostarse cada día sin saber lo que va ser de ti mañana, sin
saber si vas a poder sacar a tus hijos adelante es frustrante y te prepara para
que a la mínima saltes. Si además tienes en casa una televisión de 32 pulgadas,
que un día te dijo por boca de una desvergonzada diputada del PP que te la
habías comprado con el dinero del paro, que día a día te narra cómo hay
sinvergüenzas que apañan dinero a destajo, hay sinvergüenzas que se niegan a
castigarlos y hay jueces que se las ven y se las desean para hacer justicia, es
suficiente para que cuando el alcalde te diga buenas tardes y todavía sea
por la mañana le saltes a la yugular y te lo comas con patatas.
No quiero decir que los vecinos de Gamonal no tengan razón
en sus demandas de respeto a la hora de modificar su barrio, pero todos debemos
admitir que el nivel de virulencia se debe a otras razones mucho más graves.
Los jóvenes que tiraban ladrillos contra la sucursal de un banco muy conocido
no lo hacían porque fuera el promotor de las obras de la calle, si no porque el
lanzador de ladrillos seguramente estará al tanto de la cantidad de dinero
público que se han entregado a las entidades financieras y que no van a
devolver y mientras él en paro. Ladrillazo al canto.
Claro que otra explicación puede ser que los ladrillos tenga
más querencia por sus primos, los cristales limpios y primorosos de las entidades
financieras, que por los primos pobres de los comercios y casas particulares, y
nada más soltarlos, cual misil teledirigido a un “terrorista” de Hezbolá, se vaya
de cabeza al encuentro de su primo adinerado. No sé si esto se le habrá
ocurrido a la mente apañamedias del director de la Sinrazón.
Otra explicación, parecida a la anterior, por lo realista, es
que las fuerzas estalinistas, comunistas, maoístas, trosquistas de la izquierda
roja de los seguidores de los jemeres rojos de Pol Pot en España se hayan desplazado
a Burgos para aniquilar la Democracia española, en la que tan bien y tan a gustito
estamos. Esta sí se le ha ocurrido al Sr. Maruhenda, aunque cueste creerlo.
Cómo lo leen.
Y para acabar en sintonía con mi abuelo, por eso de que es
un dueto: En fin, bienvenidos todos a la madurez de la Democracia Española, en la
que por fin las tetas y los testículos en el escroto, empieza a tener sentido,
además de molestar y rozarse con la correspondiente prenda intima en cada caso”.
Hombre, pues mi abuelo en Pasodoble bemol mayor y yo en Reguetón
sostenido menor, no ha quedado tan mal. Suena mejor que la sinfonía de algunos
diarios de paaaapel, tocando la misma partitura. Mucho mejor. Por lo menos, más
cabal.
Pues por una vez no estoy de acuerdo con tu abuelo, la PAH me parece mas bien uno de ésos momentos de inteligencia y madurez que a veces tienen los adolescentes, y que nos dejan a sus padres sorprendidos y encantados.
ResponderEliminarCoincido en parte contigo. A mi la PAH me parece un excelente muestra de solaridad aunque mi abuelo se pregunta cuántos de los que se acercan a la PAH lo harían si no estuviesen ellos mismos en situación de desahucio. Los viejos son así, desconfiados.
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