Esta pregunta me ha asaltado mientras estaba haciendo mis
abluciones laicas matinales y ya no me
ha dejado en todo el día. Y como me conozco y sé el poco control que tengo
sobre mis inquisiciones, sobre todo cuando los hechos no coinciden con lo que
quieren que me trague, pues me he dicho, niño, ya tienes el día. Y así ha sido. Aunque me he puesto a Juliette
Greco cantando que los domingos le parecen horribles para encontrar un poco de
solidaridad, ha sido inútil. Lo del año cero dale que te pego.
Así que finalmente he sucumbido. Consúltalo.
Hasta ocho cafés me he tomado para leer los posos. Y en las
ocho ocasiones la respuesta ha sido contundente:
No creo.
Pa mi que no.
Ni hablar.
Ya me gustaría.
¡Un huevo, año cero!
Va a ser que no.
¡Pringao!
¿Año Cero? ¡Año -23 Fahrenheit, que no es lo mismo!
He pensado en fumarme unos cigarrillos para leer las cenizas
y acabar de confirmarlo, pero he desistido. A saber lo que dirían, siempre tan
macabras. Me ha dado miedo. O igual es que soy yo, que como lo de la feria cada
uno habla de ella según le va, me he dicho, tú ves desastres donde otros ven
sastres, o treses.
Y me he puesto a pensar. A ver, si los posos no mienten por
algún lugar tiene que haber indicios. Búscalos. Y algo he encontrado.
Efectivamente, los posos estaban en lo cierto. Veámoslo.
Primera prueba. Declaraciones de Mariano Rajoy.
Como siempre, declaraciones con cierta prudencia, o falta de
convicción, ¿afirmando? que estamos
saliendo de la crisis. Lo estaba queriendo creer pero va y suelta que su
partido, el PP, siempre ha colaborado con la Justicia. Rebobiné, efectivamente
lo había dicho. ¡Coño pues yo tenía la idea contraria! Más que nada por los
intentos de torpedear la investigación sobre Bárcenas presentándose como
acusación particular, la destrucción de los discos duros, los mensajes a
Bárcenas diciéndole que resistiese que se hacia lo que se podía. Rebobiné y lo
puse otra vez. Joder, el primer poso tenía razón. De año cero, no creo.
Segunda prueba. Ley del aborto. Ésta es fácil. Ha recibido
muchas críticas porque todo el mundo ha pensado que la ley del aborto se ha elaborado para regularizar las
condiciones en que hay que abortar. Error. Esta ley pretende dificultar a la
mujer trabajadora y con pocos medios que pueda abortar para que se quede en
casa criando, estará ocupada y no se comerá el coco con sus derechos de
ciudadana, futuros trabajadores básicos, a ser posible más de uno, que
contribuirán a causar preocupación y problemas a su padre que absorbido por su
manutención no sabrá ni a quién vota si es que consigue tiempo libre entre
mini-trabajo y mini-trabajo que desempeñará para sacar adelante a la prole. Si
alguno sale deficiente, miel sobre hojuelas. Más preocupación ajena a la
política.
Esta mala fe pondrá al ministro Gallardón en pecado mortal
pero no pasa nada, justo antes de morir se confiesa y listo, al cielo. El
segundo poso tenía razón. De año cero, pa mí que no.
Tercera prueba. Discurso navideño del rey. Toda una tradición.
Consiste en decir siempre lo mismo pero cambiando el atrezo, que es lo que mola
a la audiencia que al día siguiente se hace unas pajas mentales de aúpa interpretando
el color de la corbata, si estaba sentado, de rodillas o si la foto era de
elefantes o de perros, y si había o no un ejemplar de la Constitución. Pero
nadie de relevancia política del país dijo nada del significado de que
estuviese allí a unos metros del monarca su yerno Iñaki Urdangarín, imputado
por chorizo y estafador, vamos corrupto, con su esposa, con los que se disponía
a cenar alguna cosilla rápida comprada unos días antes para ahorrar.
Entrañable. El tercer poso tenía razón. De año cero, ni hablar.
Cuarta prueba. El paripé de las eléctricas. Que amenazaban
con subir un once por cien, ¡pa meter miedo!, y en esto llega el gobierno del
antifaz y rescata al pueblo y consigue un 2,3 % de subida. Y todos contentos si
no fuera porque tenía que haber bajado y porque habría que garantizar que no se
corte la luz a economías precarias. Por cierto, ¿alguien sabe si además de los
ilustres consejeros que tienen las eléctricas hay más de siete y menos de diez
ministros del gobierno con acciones de las eléctricas? El cuarto poso tenía
razón. De año cero, ya me gustaría a mí.
Quinta prueba. Corta y limpia. Precisa y clara. Concisa y con
decimales. El salario mínimo interprofesional se congela: 645, 30 euros. No se
puede subir porque ha habido que ayudar a los bancos que este año han ganado el
doble que el pasado. El quinto poso tenía razón. De año cero, ¡un huevo!
Sexta prueba. La integridad de la soberanía de la unidad de España.
Esta prueba prueba por partida doble. Que la democracia es depende y que al rey
ni le hace caso Artur Mas ni Mariano Rajoy. El sexto poso tenía razón. De año
cero, va a ser que no.
Séptima prueba. El PSOE pide prudencia a Rajoy. Que viene a
ser como si te estuvieran acezando en la nuca y tú levantases la mano para
decir unas palabras. La posición del PSOE, que no oposición, de esta
legislatura marcará un antes y un después en esto de qué hacer cuando vas a
votar, si se lo dejas a la cara y cruz de la moneda o de una puta vez votas sin
pensar en la utilidad del voto. ¡Pa lo que sirve! El séptimo poso tenía
razón. Eres un pringao si piensas que
este año que viene será el comienzo de una bonita amistad entre los ciudadanos
y sus derechos democráticos. Al paso que vamos ni tan siquiera nos quedará
Madrid.
No me he atrevido a buscar la octava prueba pues lo de que
un poso de café te suelte: ¿Año Cero? ¡Año -23 Fahrenheit, que no es lo mismo!,
me pone en lo peor.
Resumiendo, este año que viene es como si no viniera y si
las esperanzas que el gobierno sibilinamente está creando se ven defraudadas, sacaran
más cara dura, que deben tener un manantial inagotable y alguna excusa
inventaran que el pueblo crea, que dirán, estos no son ciudadanos turcos ni nosotros
ministros turcos. ¿Dimitir por corrupción? ¿Cabe mayor frivolidad?
Y cualquiera se va a dormir ahora con el estado de nervios
que tengo de tanto café.