Voy a reflexionar un poco sobre Iñaki Urdangarín, por dos
razones.
Una. Desde que lo imputaron por corrupciones varias no dejo
de preguntarme como se puede ser tan tontaina. Con todos los respetos, oye. Y
debo hacer una catarsis o terminaré buscándolo para decirle,
-Pero, ¿cómo has podido ser tan tonto, cómo?
Y no me parece apropiado.
Dos. El que se haya corrompido, presuntamente, él,
precisamente él, da una idea del desbarajuste que ha padecido este país en los
últimos años con la administración del dinero público, o sea el dinero nuestro,
de los ciudadanos. Y si no, juzguen: Un joven sanote, guapo, de buena planta,
jugador de la selección nacional de balonmano, que se enamora de una princesa y
que es correspondido. De un día para otro se encuentra almorzando con el rey y
de farra con el futuro rey, la leche. La vida resuelta, pues no.
¿Qué vería este chicarrón del Norte durante los estíos de
Mallorca para llegar a los extremos, lo dicen los periódicos, que dicen que
llegó, las pruebas que tiene el juez Castro?
¿Llegaba a un sitio, decía buenos días y le caían en las manos billetes
de quinientos euros? ¿Se dieron cuenta los pájaros que pasaban el verano con la
realeza que tenía la cabeza llena de
grillos y se propusieron que la tuviese llena de pájaros? ¿Tan fácil le dijeron
que era? Misterio.
De todos los corruptos que asolan España, presuntos, quiero
decir, Iñaki Urdangarín se lleva la palma, y no porque fuera, o es, no me
acuerdo, Duque de Palma, si no por la trayectoria que ha protagonizado, viendo
de donde salía y a donde ha llegado, eso sin tener en cuenta que todavía tiene
recorrido, aunque se haya ido a Ginebra a cerrar los ojos y hacer como si no
estuviera. La táctica del avestruz. Por mucho que entierre la cabeza en
Ginebra, las pruebas las tiene el juez Castro en Mallorca, tierra de su
perdición. Se siente.
Ninguno de los corruptos presuntos tenía menos necesidad que
él de corromperse presuntamente. Lo tenía todo: Salud, dinero y amor. Sólo
tenía que levantarse por la mañana, vestirse, lavarse los dientes, hacer sus
cosas, desayunar, después cuatro cosas fáciles de hacer, comer, echar la siesta
o cualquier otra cosa que quisiese echar dentro de lo permitido por la Casa
Real, asistir a alguna fiesta, cenar, acostarse y así. Todo le iba a ir
viniendo. Hasta podía haber llegado a ser Presidente del Comité Olímpico
Internacional, que estaba encarrilado. Si lo fue el franquista, lo dice la
Wikipedia, Juan Samaranch , ¿por qué no iba a serlo él? Con más razón, no ha
sido diputado de las Cortes franquistas, eso seguro. Sólo tenía que hacer una
cosa: Nada. O algo, no mucho, y que no fuera ilegal, o no muy ilegal, y todo lo
inmoral que quisiera, Telefónica ya mandaba señales cada mes, que ahí los
españoles nos metemos casi nada, entre otras cosas porque no podemos. La vida
resuelta, pues no. Se metió en negociosos poco claros, aquí soy comedido, hasta
las cejas y eso es meterse mucho que es muy alto.
Yo no lo entiendo a este hombre.
Comparemos.
Si no estuviera imputado, ¿qué estaría haciendo ahora mismo?
Probablemente paseando tranquilamente con esos
hijos tan majos y sanos que tiene por las calles de Barcelona, saludando
aquí y allá, mirando escaparates, para comprarle algo a su princesa, sin mirar
mucho el precio, pues sin mangar como dicen que ha mangado, es hombre de
posibles. Comer una hamburguesa mientras sale de trabajar su princesa y para
casa, no sería el palacio de su perdición, pero a buen seguro, que cómodo y
coquetón sería. Pensando a dónde irían a esquiar, sus hijos deseando ver a sus
primos y a sus abuelos. Y a comer perdices.
Pero como sí lo está, imputado, ¿qué hace ahora mismo?
Probablemente paseando, escondiéndose por las esquinas de Ginebra, con miedo de
que algún español arrebatado el eche el ojo y se ponga a gritar en pleno
Mercadillo de Plainpalais,
-¿No eres tú el Urdangarín, el de la Cristina? El pufo que
has dejado en España, macho. No te olvidamos, que pases unas buenas fiestas, lo
de prospero año va a ser que no. Salúdame a la Cristina.
Esto pone de los nervios. ¿Y los suizos? Lo miran y ya está,
la duda: ¿Lo sabrán o no lo sabrán? Va a comprar el pan con su serillo, con el
flequillo sobre los ojos, encogido para que parezca que mide treinta
centímetros menos. De esquiar en Vaqueira nada. Y su princesa viviendo en un
sin vivir, que ahora parece que sí, que ahora parece que no. Los hijos no
entienden nada, están tan liados con la vida que llevan, no saben a qué colegio
irán mañana y si esta vida es normal o no. Echan de menos a Catalunya. Por esto
que no se preocupen, que a poco que pueda el PP y puede mucho y mal, dentro de unos
años habrá más españoles echándola de menos.
En fin, no sé si me he explicado. Por lo menos me he quedado
más tranquilo. A ver si el juez Castro le da pronto una salida a esto y podemos
pasar a otro capítulo. Hay tantos.
Una cosa le diría a Urdangarín, si lo viera, además de
tontaina,
-Amigo, ¿crees que has acertado con el abogado que te has
buscado? No es que quiera sembrar la duda, pero tenía que decírtelo.
Que se vea así, un chico que lo tenía todo, y ahora…………y
dale Perico al torno. Juez Castro, ¡porfa!
Hola Miguel ..en este país se confunde sistema estatal con jerarquía !! por eso vemos jueces apartados de sus competencias por no servir al jerarca de turno y tantas y tantas noticias que salen a diario , al siempre tieso de Urdangarin se lo pusieron a huevo todos los lameculos que nos gobiernan y ahora nos quieren hacer creer que si este fulano paga España ya esta depurada !! España es toda perversa y mafiosa y servir al amo es lo que da beneficios ¿¿ en que otro país se muere un dictador de viejo en su cama y todos luchando para que no muera ..pues eso en España !!! país de lameculos !!! donde se confunde el sistema estatal con las caprichos del jerarca
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