De pronto me doy cuenta de que hoy es el día de la
Constitución y me encuentro en twiter una orgia de celebraciones, unos llamándola
“marco de convivencia”, otros “convivencia en el marco” y algunos hasta
deseando ir a trabajar con tal de hacerla de menos. Teniendo en cuenta que La
Constitución ha sido la balsa que nos ha traído hasta aquí, me da la sensación
de que no hay motín pero no todo el mundo confía en el rumbo. Y nótese que digo
balsa y no bajel, ni crucero, ni portaviones. ¿Qué harían unos náufragos en
semejantes barcos?
Y además va y se muere Nelson Mandela, otra orgia de
lamentaciones, panegíricos, loas, alabanzas y demás tonterías que se dice
cuando alguien ha muerto y ya no nos puede hacer ni daño ni competencia. He
buscado a ver si los del KuKusKlan habían dicho algo pero no he encontrado
nada, ¡qué rencorosos son! Un amigo que no puede ver a los gitanos me ha llamado
esta mañana para decirme lo condolido que estaba por su muerte y hasta Mariano Rajoy
ha puesto un twiter lamentándolo, no sé si le habrá enviado un SMS a Bárcenas
para decirle que tranquilo, seguro que él tanto tiempo como Nelson Mandela no
va a estar en la cárcel, que nuestras leyes penitenciarias son un cachondeo,
sólo hay ver a los últimos excarcelados, y que estará fuera en un plis-plas,
que aguante que se hace lo que se puede. Yo, por si acaso le he respondido a
Mariano para recordarle lo de su buen amigo. No quiero yo dejar pasar la
ocasión sin poner mi granito de arena.
En fin, esto de Mandela es como siempre. Se muere alguien de
indudable valor humano y por un momento paramos en nuestra labor de esquilma y
apaño, sacamos los pañuelos, nos sonamos los mocos y al día siguiente seguimos
con lo nuestro. ¿Qué queda de Mandela? Pequeñas semillas que irán, las más, a
parar al duro asfalto donde no germinaran. El legado de Mandela, El legado de
Vicente Ferrer, El legado de Teresa de Calcuta, El legado de Fidel Castro, ¡no,
coño, ese no!, ya me he dejado llevar, ¡Qué todavía no se ha vencido, mi
hermano!, en fin, lo de siempre. Legados y fundaciones.
Pero yo estaba hablando de la Constitución
Y como hoy es su día
pues me viene al pelo porque yo de lo que quiero decir algo es del camino que
con ella hemos recorrido. Un camino conocido internacionalmente como La
Transición Española y que yo he rebautizado como La Transposición Española.
Este no es un nombre puesto al azar y por capricho, es un nombre
que ha surgido después de que en los últimos años se hayan concretado, y de qué
manera, las sospechas que yo ya tenía.
Si la Constitución era una balsa y La Transición el rumbo,
¿qué ha pasado? Fácil, salimos alegres y jacarandosos del puerto franquista, cargados
de esperanza y dispuestos a ver un nuevo mundo y en realidad sólo hemos navegado
unas millas en redondo, con el peligro de volver al mismo puerto pero con otros
muelles.
¿Por qué? Porque los que han dirigido la balsa estos años, o
eran los mismos que ya había o tenían sus mismas muletillas, o eran recién llegados
que una vez colocados en el camarote del capitán, una balsa muy especial ésta,
ya se olvidaban de cubierta. Y claro, con semejante oficialidad, una ruta feliz
y esperanzadora no ha sido posible. En las tormentas pequeñas se veía que
aquello no marchaba y ahora que ha llegado la Gran Tormenta llamada La Crisis
pues la balsa hace aguas por todos lados y lo que es peor hace aguas mayores.
Nos engañaron, no era La Transición lo que hacíamos era la
Transposición. Ahora que han pasado los años y los de antes ya no somos los mismos,
aquello de donde estarán los ideales de antaño, se puede ver claramente lo
sucedido. Lo explico.
Se muere Franco, normal, que se le va a hacer, pero no se mueren
los franquistas, pero esto no puede seguir igual, son muchos años, ¿qué
hacemos?, nos conocen demasiado, muchos años jodiendo, estamos en la retina de
todos, surge la idea: Nos transponemos. ¿Y eso que es? Damos un paso atrás y
que den un paso adelante nuestros hijos. Fraga dice: ¡Y un huevo me voy a ir yo!
Total que se quedan él y cuatro mataos más y los hijos del resto que reptando y
casi con chupete siguen el sequito. Se produce la TRANS
El sequito se dirige al encuentro de la otra España. Que se
sabía que estaba pero no se la había visto nunca a la luz del sol. La otra
España era una juerga, hablaban de libertad y democracia, y una parte del
pueblo estaba de acuerdo y la otra parte estaba como siempre por estar. Se
encontraron. ¿Qué hacemos? En principio la otra España empezó con que si
cabrones, hijos de puta, mamones y gritos de bienvenida parecidos. A lo que del
sequito salió uno de los franquistas del montón conocido como Adolfo Suarez,
acompañado del que Franco había dejado como rey, o sea Juan Carlos I, y
dijeron: A ver, ¿queremos seguir igual o queremos cambiar?
¡Cambiar, cambiar! Fue el grito unánime. De ahí nació lo del
cambio y luego el cambio del cambio y otras mandangas.
Y se pusieron a maquinar. Parieron la Constitución, Las Comunidades
Autónomas, nació lo que nos dijeron que era la Transición y se pusieron todos
de acuerdo en que sobre todo que las palabras democracia, derechos humanos,
libertad y respeto al pueblo no dejaran de salir de sus bocas, que se notara
que aquello iba en serio.
Con aquel compromiso, la otra España, algunos de sus
componentes no se dieron cuenta, había iniciado la toma de POSICION.
Después de haber pasado casi cuarenta años desde que se murió
el que nos tuvo aletargados durante otros casi cuarenta, es más fácil ver que
aquel TRANS y aquella POSICION se han soldado y convertido en la TRANSPOSICION:
Los de antes dejaron paso a sus hijos, sobrinos, nietos que se colocaron, si no
se quiere visitar las hemerotecas basta con echarle un vistazo al PP o simplemente
al gobierno actual y seguir los árboles genealógicos y los que llegaron se
posicionaron, germinaron y dieron a luz. Los últimos vástagos, hermosísimos y
robustos, en Andalucía, tierra de sol y alegría.
Por eso nuestra balsa está como está hora:
El PODER EJECUTIVO sumiendo a la población en la miseria con
medidas, que sólo perjudican a los más pobres e indefensos y a la casi fenecida
clase media mientras mete y mete dinero público en los bancos por una puerta y
por la otra lo sacan los TRANS de siempre y los POSICIÓN ya no tan recién llegados.
EL PODER LEGISLATIVO, correveydile del EJECUTIVO tirando
pelotas fuera y haciéndose eco de la incapacidad e impotencia para gobernar una
balsa cuando sólo querían hacer unos dinerillos.
Y EL PODER JUDICIAL boqueando entre legajos y arremetidas de
las fuerzas oscuras, que no dan abasto y los españoles empiezan a acudir a los
juzgados extranjeros para solucionar sus problemas de justicia españoles, ¿cabe
mayor afrenta para un país?
Ante este panorama se pregunta uno: ¿Hay alguien
aprovechable en la política española?
No lo sé, no me atrevería a hacer un pronóstico.
Se han omitido nombres propios y nombres de instituciones para
evitar convertir esto en un cotilleo y porque son de notorio y público
conocimiento, pues una de las características notorias de esta época que
atravesamos es la desvergüenza y desfachatez con que lucen sus iniquidades los
que deberían ser nuestros próceres ejemplares.
Hola, soy Anónimo.
ResponderEliminarMe ha remitido Vd. a este artículo y tras leerlo he de decirle que está muy bien, que es muy comedido y que lo suscribo.
Por eso le he dejado escrito esta mañana que no vivimos en democracia porque, entre otros motivos, Vd. lo describe muy bien cuando da un repaso a los tres poderes del Estado, esta constitución nos ha robado adrede la separación de poderes.
No menta, sin embargo -y eso que es lo más grave en este sistema- que los prebostes del poder judicial son nombrados por los responsables de los partidos en el poder, por lo que saben que se deben a ellos.